Los datos demuestran la acertada estrategia de Madrid
El Gobierno -y muchas comunidades autónomas- han atacado a Madrid durante mucho tiempo por seguir una estrategia de prudencia sanitaria y de pocas restricciones para asegurar el mantenimiento en unos niveles mínimos de la economía, que permitiese contar con la esperanza de una recuperación. Desde bomba vírica, en expresión de Page y Revilla, hasta los ataques de Illa o de Darias, Madrid ha sufrido de todo por diferenciarse del resto. Sin embargo, los datos respaldan su gestión.
Así, desde hace tres días, Madrid ha logrado tener una incidencia acumulada de casos de coronavirus a catorce días inferior a la de la media nacional, estando ya por debajo de cien casos. Es decir, Madrid se comporta mejor que la media y que muchas otras regiones que cerraron todo de manera casi absoluta. ¿Quién tenía razón?
El último intento del Gobierno fue imponer unas medidas uniformes a todas las autonomías en todo lo relativo a apertura de hostelería, comercios y ocio, por poner unos ejemplos, que haría que algunas regiones tuviesen que dar marcha atrás en la apertura que han iniciado. De hecho, es una medida particularmente diseñada contra Madrid, sin ninguna razón, sólo por el afán de perseguirla políticamente al no haber logrado desbancar a Ayuso y su política tras la celebración de elecciones, donde, además, salió sumamente reforzada. La Justicia hizo que el Gobierno tuviese que olvidar esos planes, pero lo intentó, cuando queda demostrado que no da mejores resultados la estrategia que implica el cierre total, sino que se pueden combinar prudencia y apertura para seguir adelante, tanto en el aspecto sanitario como económico.
El Gobierno parece que no se da cuenta de que si, al menos en el corto plazo, se han iniciado algunos signos de recuperación, se debe a que, cada vez, más regiones están siguiendo el ejemplo de Madrid y, tras el estado de alarma, muchas restricciones se han flexibilizado. Eso permite que se incremente la actividad económica y, con ello, el empleo, pero parece que no entra en la cabeza gubernamental.
El Gobierno ha fracasado en su asedio a Madrid. Es el momento de que reconozca que las medidas que la región madrileña ha aplicado han funcionado mejor y han permitido mantener la actividad económica para, al menos, que muchos negocios pudiesen sobrevivir.
Isabel Díaz Ayuso, que acaba de ser investida, de nuevo, presidenta de la Comunidad de Madrid, acertó claramente en su estrategia, liderada de manera certera por Enrique Ruiz Escudero, en la parte sanitaria; por Javier Fernández-Lasquetty, en la económica y presupuestaria; y por Enrique Ossorio en la educativa y universitaria. Todos ellos -junto con el resto de sus compañeros de Consejo de Gobierno-, liderados por Ayuso, han demostrado que, dentro de las circunstancias, la gestión madrileña ha sido la acertada y es la que hay que aplicar.