Crónica anticipada de un pandemónium

Listos los disfraces carnavalescos, adulteradas las caretas, exigida la escasa higiene propia de toda gentuza y afilados los colmillos como requiere cualquier baile de demonios, los asistentes a Vistalegre 2 se repartirán esas idénticas posturas de costumbre: unos frente a otros, aplaudiéndose frenéticamente entre sí, aunque la codicia y la traición prospere entre sus filas. Zeus quiera que la lucha por el oro sea a muerte, que el craso botín con el que se subvenciona a los partidos de acuerdo a sus resultados electorales, al menos sirva para que tales menesterosos que jamás han dado un palo al agua e infaman de continuo a nuestra Nación, se enzarcen en un contubernio populista y ramplón digno de ellos, donde valga desde el previsto pucherazo, a las tradicionales transgresiones informáticas.

Al aquelarre diurno asistirá un tropel de ideólogos de chichinabo, liderados por el diminuto macho Alfa Lucifer o Pablo hiena Iglesias. Veamos qué opinan de él dos intelectuales egregios. Me refiero a Antonio Escohotado y a Fernando Sánchez Dragó. Escota, que al fin cerró el tercer tomo de “Los enemigos del comercio”, obra magistral por ser la primera historia completa del comunismo, aconseja al rojo de cuño caducado que “tome parches de buprenorfina” y que se deje de sandeces. Y Fernando, genuina enciclopedia andante, que ahí esta su fabulosa “Gárgoris y Habidis”, una historia mágica de España, se limita a calificar al carroñero de “demagogo” y también le manda a escaparrar. Con clase y sabiduría, dos de nuestros grandes escritores vivos se despachan con el cabeza de chorlito.

Pero aún falta mencionar a los demás iletrados que concurrirán al pandemónium. Aparte de los ya condenados por pederastia, robo y agresiones y del especulador corrupto de Espinar, ¿quién nos queda? ¡Oh sí, todavía hemos de hablar de la satánica concubina actual del jorobado, la tal Lady Macbeth Montero, que decapitó a la erótica Tania para yacer en el mismo lecho en que la hiena copulaba con la sacrificada! También interesa hablar del portamonedas Shylock, ese ventajista que le sacó a Maduro miles y miles de dólares, cuya suma el tahúr nunca declaró en España, a cambio de unos burdos consejos económicos que llevaron a Venezuela a la ruina a ritmo de joropo. Y qué decir del pérfido Echenique, ese Toulouse-Lautrec reconvertido en lacayo de la hiena.

Para que tal pandemónium alcance su diabólico esplendor, hemos de situar a Errejón Tintin, el deseo de todo homosexual, en el centro de la orgía populista, sin olvidar a Rita, la bella idiota que se desnudó en los altares, ni al embajador de los jornaleros sin azada, al ínclito analfabeto Cañamero. Con semejante y muy obscena concurrencia que presentará la secta estalinista en Vistalegre 2 den por hecho que España obtendrá una solución a todos sus problemas.