La campanada de Albiol, Reyes y Sirera

Albiol, Reyes Sirera

Hace doce años que Xavier García Albiol es, con diferencia, el candidato más votado en Badalona. Su mensaje de seguridad, orden, limpieza, prosperidad y atención a los problemas de los vecinos ha calado en buena parte de los barrios de esta ciudad barcelonesa de 220.000 habitantes. Pero sólo ha podido ser alcalde durante cinco años y medio, porque los partidos de la oposición han optado continuamente por el «Todos contra Albiol» que en el último tramo del actual mandato unió a PSC, ERC, CUP, Comunes y Junts. En el 2015 llegó a ser alcaldesa, con el apoyo socialista, una radical separatista llamada Dolors Sabater que los badaloneses la tienen tan calada por su fanatismo que en las elecciones del domingo sacó un concejal, frente a los dieciocho del PP.

Hartos de crímenes, okupas y deterioro económico y social, los badaloneses le han dado una mayoría absoluta incuestionable a Albiol. La que no tuvo en el 2011 y el 2015, cuando ganó bien, pero en minoría. Y lo han hecho porque ya están hartos de experimentos de partidos perdedores que son capaces de todo tipo de alianzas contra natura sólo para privar al candidato más votado de gobernar la ciudad. Albiol hace tiempo que rompió las barreras del electorado del PP en Badalona, pero conseguir un 56% del voto y dos terceras partes de los regidores le proporciona manos libres para poder desarrollar sin cortapisas su proyecto de ciudad. Seguro que la Generalitat, en manos de separatistas radicales, intentará poner todo tipo de trabas a su gestión, pero Albiol sabe negociar y seguro que saldrá adelante.

Es la misma situación que vive Manu Reyes, el actual presidente del PP de la provincia de Barcelona, en Castelldefels. Desde el 2011 es el candidato más votado, pero sólo ha gobernado cuatro años. El domingo consiguió 12 de 25 regidores, su mejor resultado, y se quedó a uno de la mayoría absoluta. Pero hay posibilidades de pacto tras la desastrosa gestión del tripartito del PSC con ERC y Junts. Otra ciudad con una gestión deficiente de los asuntos públicos, que llegó incluso a formar parte de la Asociación de Municipios por la Independencia a pesar que sus votantes son mayoritariamente no separatistas. Reyes ha conseguido que esta urbe de casi 70.000 habitantes vuelva a contar con un gobierno municipal sin partidos secesionistas. Castelldefels merece que el vencedor en la última década pueda desarrollar su proyecto.

Y aunque ha quedado lejos de poder gobernar, también hay que destacar el papel de Daniel Sirera en la ciudad de Barcelona. Si en el 2019 Josep Bou entró por los pelos, y superó de una centésima la barrera electoral del 5%, el actual candidato del PP se acercó al 9,5% y dobló el número de regidores, pasando de dos a cuatro. Y eso que Vox, con Gonzalo de Oro al frente, también consiguió entrar en el consistorio con dos concejales tras una campaña muy activa. Sirera ha vuelto a situar a la formación de Feijóo en el mapa del poder barcelonés, ya que la legislatura será larga y el pleno está muy fragmentado, y el objetivo popular es conseguir forjar un grupo municipal activo que pueda aspirar a ser decisivo, como cuando Alberto Fernández Díaz consiguió nueve regidores en el 2011. Todos los cargos que Sirera nombrará tendrán el objetivo de patearse los diez distritos de la ciudad para demostrar a la sociedad barcelonesa que el PP ha vuelto. Tras cuatro años muy complicados para esta formación, tanto en Barcelona, como en toda Cataluña, la reconstrucción de su espacio político ya es una realidad.

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