La banda de Pierre Nodoyuna

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En el auto que archiva la causa contra el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, la juez Carmen Rodríguez-Medel justifica el sobreseimiento provisional explicando que la figura penal de la prevaricación administrativa exige de un dolo reforzado, es decir, que hubiese quedado acreditado que había recibido información cierta, segura y técnica del riesgo de la proximidad física para la transmisión del COVID19 en los eventos masivos. Que no haya quedado acreditado no significa que no existiera ese conocimiento, simplemente no se ha podido probar. La defensa del delegado del Gobierno se ha sustentado paradójicamente en el reconocimiento expreso de su propia incompetencia porque, pese a tener la responsabilidad final sobre la celebración de esas manifestaciones, no consta que moviese un solo dedo para ejercerla con solvencia y acierto. El auto recoge algunas de las evidencias e informes que en ese momento ya existían (incluido un documento del departamento de Riesgos Laborales de la propia Delegación). Como resumen, el delegado del Gobierno reconoce haberse sumido en una hibernación mental que le ha librado de las responsabilidades penales, pero que le describe como un inepto.

Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto resulta bochornoso que, como denuncia hoy OKDIARIO, el propio José Manuel Franco esté encabezando una caza de brujas para “retorcer” el asunto de las residencias y perjudicar a la presidenta de la Comunidad de Madrid. En realidad se trata de una estrategia más amplia que busca la imputación de Isabel Díaz Ayuso como paso previo a una moción de censura al alimón con Ciudadanos. Es decir, el mismo sujeto que esconde sus responsabilidades penales en el contagio masivo de Madrid alegando haber desempeñado su cargo con una actitud más propia de una ameba que de un ser racional tiene ahora la osadía de promover una campaña contra el Gobierno de Madrid.

Por muchas cortinas de humo que se inventen, el Gobierno de Pedro Sánchez va a tener complicado defender la versión oficial y su gestión de la pandemia ante el Tribunal Supremo. Los argumentos de Rodríguez-Medel que exoneran a Franco son, en realidad, una crónica adelantada de la imputación de Fernando Simón (no aforado) y del ministro de Sanidad. La tardía actuación del Gobierno agravó la crisis, disparó los contagios, el número de víctimas y los daños económicos. Y no podrán argumentar, como en el caso de Franco, que nada sabían y nada conocían.

Mención aparte merece Ciudadanos y el tándem Aguado-Reyero. Isabel Díaz Ayuso tendrá que seguir gestionando la Comunidad de Madrid con la oposición dentro del gobierno, un asedio planificado por la izquierda y ejecutado por los ‘naranjitos’ madrileños. Nada nuevo, así se diseñó la legislatura. El problema que tienen en la `banda del sabotaje’ o la `banda de Pierre Nodoyuna’, es que lo que se planteó como un juego de niños se está convirtiendo en una operación casposa, patosa y reiteradamente fracasada, que no hace más que engordar la figura política de Díaz Ayuso. Que si Avalmadrid, que si se aloja en un hotel, que si daba mascarillas demasiado buenas, que si un contrato falso, que si las residencias de mayores… La presidenta de la Comunidad de Madrid está demostrando ser un hueso duro de roer. No obstante, cuando se aclaren con el botón nuclear acabarán presentando la moción de censura, eso persiguen desde el principio.

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