Apelando a los mejores momentos de nuestra historia

Apelando a los mejores momentos de nuestra historia

En su discurso de Nochebuena, Felipe VI ha mirado ligeramente a la España del pasado, pero sin perder de vista la construcción de la España del futuro. Ahora que nuestra Constitución –el marco sobre el que se sustenta nuestra paz y libertad como ciudadanos– está viviendo los mayores ataques de nuestra historia reciente por parte de los golpistas catalanes y que Pedro Sánchez está dejando desamparada nuestra Carta Magna dando permanentes concesiones a sus socios de ERC y PDeCAT, el Rey ha apelado al espíritu conciliador de los dirigentes políticos de la transición española, “a pesar de estar muy distanciados por sus ideas y sentimientos”.

Sin mencionar los continuos desagravios de los separatistas de Cataluña contra la Casa Real y el permanente empeño de Quim Torra para que todos los españoles nos enfrentemos entre nosotros con violencia con tal de alcanzar su quimera separatista, Felipe VI –siempre prudente, pero firme en sus palabras– ha hecho una crítica implícita a la Ley de Memoria Histórica, esa medida puesta en marcha por el PSOE que apela de manera constante al guerracivilismo –y del que se aprovecha de manera habitual la formación de Pablo Iglesias para atacar a la Monarquía–  y que ha desenterrado odios pasados que no deberían tener espacio en nuestra democracia, tal y como ha señalado rotundo Don Felipe: “El rencor y el resentimiento son nuestra peor historia y no debemos permitir que renazcan”.

Y es que para el Rey, al menos así lo dejan translucir sus palabras, este 40 aniversario del documento constitucional –primero jurado por Juan Carlos I en la Cámara Baja y luego por él mismo al suceder a su padre al frente de la Corona– ha sido un momento muy especial de este 2018. No sólo por el simbolismo que representa para Felipe VI y todos los españoles, sino porque también ha permitido introducir a la Princesa de Asturias, Leonor de Borbón, en el engranaje del Estado con su primera lectura pública como heredera.

Por ello, mirando a su hija y las generaciones venideras que serán las que “vivirán y convivirán” en el futuro, Felipe VI ha puesto a los actuales líderes políticos frente al espejo de aquellos dirigentes de finales de las décadas de los 70 y 80 que hicieron posible que nuestro sistema político cambiara de piel de manera modélica. “Quienes vivieron aquellos años”, ha señalado el monarca, “saben bien que si hay algo que los define fue el valor de trabajar juntos y unidos pensando en nuestro país y en su futuro”. Razón por la que ha demandado a todas las fuerzas políticas, sociales y económicas de España unión y entendimiento que aseguren a los jóvenes «nuevas décadas de progreso y avance como las que nosotros hemos conocido”.

En definitiva, el Rey de todos los españoles ha pedido en su intervención televisiva tolerancia y respeto a la diversidad de ideas de nuestra nación, siempre y cuando éstas no supongan una amenaza para nuestros cimientos constitucionales.

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