Andalucía vota
Según distintas encuestas, el PP ganará las elecciones, Vox subirá y el PSOE retrocederá. Ciudadanos merece seguir en el parlamento y las izquierdas comunistas bolcheviques siguen en caída libre. Que el PSOE mantenga en torno a 30 diputados tras cuatro años de gobierno de Sánchez dice poco de nosotros, los andaluces. En una sociedad con conciencia cívica y democrática estaría cerca de desaparecer.
Ya se sabe que los andaluces somos gente pacífica, trabajadora, que acepta de buen grado la imposición del mando, ya sea de la dictadura franquista, el régimen del PSOE o ahora el nuevo del PP, que está por ver si acabará con las prácticas corruptas del pasado porque hoy, todo sigue igual. En Andalucía no hay veleidades independentistas, no se cuestiona la Constitución, ni la nación, la lengua o la bandera, que lucimos orgullosos con la verdiblanca, madre e hija en una tierra de trabajadores siempre explotados por gobiernos felones y sus sicarios de otros territorios que odian España y sus símbolos.
Elías Bendodo: “En tres años y medio, Andalucía ha conseguido lo que no soñó en 37. El Gobierno de Juanma Moreno ha conseguido que Andalucía lidere y tire del carro de la economía de España”. No tengo datos, pero sé por andaluz que a la gente corriente no ha llegado ese maná que anuncia. ¿Dónde se nota? ¿Hay menos parados? ¿Menos pobres? ¿Más ayudas sociales? ¿Más médicas, enfermeros, bomberos…? ¿Dónde están yendo esos ríos de riqueza? A la gente corriente, ni una gota.
La lengua de los andaluces es el castellano o español. Estudiar, trabajar o realizar gestiones en dicha lengua en Cataluña, Comunidad Valenciana o Baleares, gracias al PSOE, o en Galicia gracias al PP, es un obstáculo casi insuperable. En el País Vasco menos, no porque no tengan voluntad, sino por la dificultad de su lengua. Exterminan el español en complicidad con el gobierno de la nación. No es nuevo. Las transferencias (Pacto del Majestic) que hicieron creer a Jordi Pujol que podría alcanzar la independencia comenzaron con Aznar, cuando habló catalán en la intimidad para alcanzar el gobierno, alentado entre bambalinas por el Emérito, que veía Cataluña como estado libre asociado de España a mayor gloria de la monarquía borbónica asentada en ambos. Siguió el error de Zapatero con el Estatuto (que se corrigió en el Congreso de los Diputados) y ahora nueva ofensiva con Sánchez y sus socios, que alaban dictaduras bolcheviques mientras pretenden romper el estado y la nación. Consideran que usar la lengua del Estado, sus símbolos y bandera no es democrático; Francia, que ondea su bandera en las escuelas y toda la enseñanza es en su idioma nacional, es fascista para estos ignorantes fanáticos.
España tiene, desde 1982, el problema de que UCD (Suárez en el Gobierno) y el PSOE (Felipe en la oposición), no consiguieron que el Tribunal Constitucional aprobará su Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico, la LOAPA, (¿Qué plantea hoy Vox?). Desde entonces estamos en un callejón sin salida. Un ejemplo actual entre otros muchos: exámenes de selectividad por comunidades autónomas con distinto grado de dificultad, permite que quienes saquen mejores notas por la menor exigencia en sus territorios puedan quitar plazas universitarias en cualquier lugar de España (salvo donde usan lengua distinta al castellano/español/andaluz) a estudiantes mejor preparados. Casualmente, o no, es en Cataluña donde los exámenes han sido menos exigentes, pudiendo estos jóvenes campar a sus anchas en las universidades españolas (madrileñas, andaluzas…) por su nota regalada, y en las catalanas por conocer su lengua. Privilegios, desigualdad de oportunidades, inmoralidad, crimen social. Gracias, Sánchez. Andalucía, vota.