La aberración de la condonación del FLA
La supuesta propuesta de los independentistas para apoyar a Sánchez que consistiría en la condonación de la deuda que Cataluña tiene colocada a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), además de una injusticia es un disparate económico: esa deuda es de la comunidad autónoma y como tal está asumida por dicha región por haber gastado más de lo ingresado, pese a contar con un Sistema de Financiación Autonómica (SFA) diseñado para favorecer a Cataluña y perjudicar a Madrid, Valencia o Murcia.
El FLA nació como herramienta transitoria para que las comunidades autónomas que no podían acceder a los mercados por su mala situación económica pudiesen contar con financiación para pagar los gastos no cubiertos con los ingresos. Fue un salvavidas, no una deuda que fuese de la Administración General del Estado (AGE), sino de cada región que se unía al FLA.
Ya, en el otoño-invierno de 2014 se financió a tipo cero los intereses a las comunidades autónomas del FLA. Eso fue un error, al que se opuso la Comunidad de Madrid -doy fe de ello, porque viví en primera persona el acoso del ministerio de Hacienda y la lucha contra él-, porque era financiar el capítulo III de gasto de las regiones del FLA por la puerta de atrás y un incentivo a quienes más incumplían, que desincentivaría, a su vez, el hacer bien las cosas y buscar la estabilidad presupuestaria. Si se condona, equivale a darle esa financiación como ingresos no financieros, al perdonarle lo que tiene que devolver. Se trataría de una inyección de ingresos equivalente a la de varios años del SFA.
Si ahora se condona esa deuda, como Cataluña tampoco tiene fácil financiarse en los mercados, o bien sigue acudiendo al FLA convertido en una herramienta a través de la que se le regala esa financiación, al condonarla, o bien no podrá acudir al mercado en buenas condiciones, perjudicando su financiación futura.
Por último, y lo más grave de todo, si se condona una deuda de una administración pública, se lanza una señal gravísima al mercado sobre la solvencia que puede tener una determinada administración española en el cumplimiento de sus obligaciones, especialmente en materia de deuda, que no olvidemos que es la primera partida de gasto que hay que atender, seguida de capítulo I. Esto puede perjudicar al resto de comunidades autónomas, vía una especie de mutualización de deuda al asumirla la Administración General del Estado (AGE), que por ello podría ver bajado su rating. Como las regiones de régimen común dependen, entre un 70% y 80% de los ingresos procedentes del SFA, una rebaja en la calidad crediticia del Reino de España implicaría una rebaja inmediata de los ratings de todas las regiones de régimen común, que encarecería su financiación, drenando así recursos para servicios esenciales por la maniobra de condonación de la deuda del FLA, además de perjudicar a la actividad económica y al empleo.
Por tanto, las deudas hay que asumirlas y pagarlas, no se pueden condonar, porque la distorsión económica sería muy importante, empobreciendo al conjunto de españoles, también de los catalanes, no justificado porque haya regiones que han seguido la barra libre de gasto y un endeudamiento exponencial, en lugar de preocuparse por gestionar adecuadamente y ofrecer a sus ciudadanos los mejores servicios. Es algo aberrante, intolerable y que puede causar un gran daño a la credibilidad de la economía española y, por tanto, a la actividad y al empleo. Es una medida a la que hay que oponerse de manera frontal, porque es dañina para el conjunto de la economía y el empleo.
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