El PSOE asume que las cesiones a Junts superarán a las de ERC y busca fórmulas para camuflarlas
En el PSOE admiten que "hay que cuidar el lenguaje" y buscar fórmulas imaginativas para dar rienda suelta a las cesiones que pide Junts
Junts y ERC ya negocian el precio conjunto que quieren obligar hacer pagar a Sánchez para investirle
Sánchez cederá el «referéndum consultivo» que figura en la Constitución pero Puigdemont lo exige ya
La misma fórmula que con el PNV y Bildu. Pero a la catalana, con ERC y con Junts. Para garantizar la investidura de Pedro Sánchez el PSOE asume que en el proceso de negociación para asegurarse el apoyo de los de Carles Puigdemont tendrá que asumir una serie de cesiones del PSOE a Junts, en función de las exigencias de éstos, que pueden no gustar en su socio hasta ahora, ERC. Ferraz y Moncloa descartan que una de ellas pueda ser la amnistía, como exige Puigdemont, pero como con el referéndum consultivo «hay que tirar de imaginación» para que se puedan hacer concesiones «dentro del margen de la Constitución». En el equipo del presidente advierten a los negociadores socialistas que «habrá que cuidar el lenguaje de las cosas» para evitar enfados. Camuflando peticiones de Junts, como el referéndum o la amnistía, con otros términos.
En el PSOE dan por hecho el voto favorable de ERC. Aunque en 2019 se abstuvieron y desde la dirección de Oriol Junqueras tratan estos días de rebajar las expectativas advirtiendo que «no se puede dar nada por seguro». El grupo que capitanea en el Congreso Gabriel Rufián, que junto a Teresa Jordà ejercerá de negociador, busca un acuerdo con Junts por el ‘sí’ a Sánchez que les permita presentarse ante el electorado separatista en igualdad de condiciones. Con ambas organizaciones compartiendo la responsabilidad de facilitar la reelección del líder del PSOE. Pues eso, dicen en ERC, «es clave» de cara al escenario político catalán con unas elecciones autonómicas en ciernes. Un pacto para la negociación conjunta que no se prevé fácil por las distintas exigencias de unos y otros y los plazos que se han puesto para las contrapartidas.
Fuentes cercanas a la vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda y Función Pública admiten que una de las principales tareas que tienen a día de hoy es la de tratar de rebajar la importancia que ha adquirido Junts en esta negociación situándose como decisivos. Un rol que no tenían hasta ahora y del que se ha aprovechado ERC con la mesa de negociación que logró tras la repetición electoral de 2019. En Ferraz recuerdan que todos los socios son igual de importantes y se resisten a situar a Junts como el que tiene la llave de la gobernabilidad. «Hacen falta todos», subrayan.
Los socialistas son conscientes de que regalar a los de Puigdemont un protagonismo excesivo, como está ocurriendo ahora que el PSOE ha perdido un escaño, y sobre todo cesiones que puedan aprovechar en su cuerpo a cuerpo con ERC para mejorar los resultados de Junts en las próximas elecciones al Parlament, puede dificultar el entendimiento con el partido de Junqueras y Rufián. Por ese motivo consideran poco probable que ERC y Junts establezcan un frente común, como están negociando por los motivos antes expuestos, ya que en opinión de los socialistas «no tienen muchas cosas en común y además están peleados». Aunque ambos luchan por su supervivencia y el apoyo de un mismo electorado.
El poder negociador de los de Puigdemont ha dado un giro inesperado después de que el voto CERA hiciera que el PSOE perdiera un diputado en Madrid en favor del PP. En este escenario, los socialistas necesitan el ‘sí’ de los independentistas de Junts en lugar de la abstención. El precio a pagar por este apoyo puede ser todavía más elevado.
Unos y otros se han encomendado a «la necesaria discreción» en las negociaciones para que puedan salir adelante y superar «las contradicciones internas» que hay en el seno de Junts. En el PSOE saben que en el partido de Puigdemont hay dos almas, una partidaria de bloquear la gobernabilidad del Estado y otra más consciente de que repetir las elecciones sería desastroso para ellos, por lo que ahora el PSC tendrá que convencer a ambas facciones para que se sienten a hablar entre ellas antes de entablar un diálogo con los negociadores de Sánchez que todavía no ha empezado.