Siempre con los enemigos de España

Siempre con los enemigos de España

Tanto Manuela Carmena como su equipo de Gobierno poseen una inagotable capacidad para superarse con cada nueva decisión. El problema es que esa habilidad siempre se circunscribe al ridículo y la irresponsabilidad. Madrid se pone al servicio de los golpistas y el próximo 22 de mayo dará cobijo a sus gerifaltes. Al tiempo que Puigdemont y sus socios coleccionan rechazo tras rechazo en la comunidad internacional —Estados Unidos defiende una «España unida» y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ni los recibió— la alcaldesa decide abrirles de par en par las puertas del Consistorio para que enaltezcan el referéndum ilegal y hagan proselitismo de su propaganda. Madrid, corazón del Estado, capital de España, servirá de plataforma amplificadora para un mensaje de división, revancha y golpe de Estado. El sueño de cualquier estelado que se precie hecho realidad.

Ahora Madrid, marca blanca de Podemos, emula a su partido matriz en la tendencia a estar siempre con los enemigos de España, ya sean independentistas o etarras como Arnaldo Otegi. Con el punto de mira puesto más allá de nuestras fronteras, el concejal Mauricio Valiente incluso se atreve a decir que es la oposición venezolana la que trata de dar un golpe de Estado al asesino Nicolás Maduro. Bajo esa locura existencial, no es de extrañar que Madrid sea más conocida por el desvarío gestor y el sectarismo institucional que por ser el motor económico y representativo del país. Basura, atascos, enchufismo, persecución a restauradores y, ahora también, impulsores y anfitriones de un proceso que va en contra de la legislación vigente y, por ende, de la propia Constitución. Ahora Madrid no se priva de nada, entre otras cosas porque sigue teniendo el apoyo de su inestimable muleta política: el Partido Socialista local de Purificación Causapié.

Madrid como sede de la ilegalidad independentista es el mundo al revés. Ahí están las condenas del Tribunal Supremo a Francesc Homs y Artur Mas debido a sus respectivas participaciones en el referéndum ilegal del 9 de noviembre de 2014. El equipo que gobierna la urbe parece empeñado en ir en contra de sus propios conciudadanos. Mientras niegan espacio público a eventos de marcas internacionales como Ferrari —que generan dinero en imagen, consumo y turismo— acogen a un grupo de políticos que no sólo buscan la independencia respecto a España sino que además ocultan la corrupción sistemática de sus predecesores bajo el grueso manto de la política. Carmena y el resto de advenedizos que la acompañan en el Palacio de Comunicaciones siguen haciendo méritos para ser el peor equipo gestor en la historia de la ciudad.

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