El glaucoma en perros, prevención y tratamiento

El glaucoma en perros suele ser más común de lo que parece. Al igual que en los seres humanos, esta enfermedad se refiere al exceso de líquido intraocular en el interior del ojo. Por lo general, esta sustancia suele drenarse mediante los canales oculares y de allí pasa al torrente sanguíneo. No obstante, una serie de daños neuronales e infecciones pueden impedir esta función, aumentando la presión intraocular.

El glaucoma es prácticamente indetectable al momento de su aparición. Con el tiempo, el perro podría experimentar picor y dolor considerable en el órgano ocular afectado. Los síntomas visibles aparecen solo cuando la enfermedad se encuentra en su fase más avanzada. No obstante, existen algunas cosas que los dueños pueden hacer para prevenir este mal en sus perros.

Tipos básicos de glaucoma en perros: primario y secundario

El glaucoma primario es el causado por factores genéticos. En estos casos es poco lo que se puede hacer para revertir los efectos de la condición. Las razas con mayor predisposición son el Beagle, Boston Terry, Chow Chow, dálmata, Gran Danés, Cocker y Husky Siberiano entre otros. Al menos 23 variantes de perros tienen altas posibilidades de presentar esta anomalía ocular.

También tenemos el glaucoma secundario, generado por otras enfermedades y condiciones. Esta tipología puede ser prevenida e incluso tratada mediante medicina veterinaria. Para su diagnóstico, el médico veterinario considera factores como la raza y realiza exámenes visuales. Si hay sospechas de esta enfermedad, se remitirá la mascota a un oftalmólogo especializado en animales.

La prueba mayormente utilizada para la detección del glaucoma en perros es la tonometría. Para ello, se le administra al perro un analgésico en gotas mientras se mide la presión intraocular. Si el diagnostico da positivo, existen algunos tratamientos para retrasar el avance de la enfermedad. La peor consecuencia suele ser la pérdida parcial o total de la vista en el ojo afectado.

Prevención y tratamientos

Cuando el desencadenante del glaucoma en perros es una infección, la solución será el suministro de antibióticos. En algunos casos medianamente avanzados se pueden frenar sus efectos con una cirugía láser ECPC. Sin embargo, este suele ser un tratamiento preventivo y su coste es bastante elevado.

La mejor prevención para prevenir el glaucoma secundario en perros es evitar accidentes, golpes y peleas. Añadido a esto, los perros deben completar sus tratamientos periodos para la prevención de infecciones. No está de más realizar una visita anual a un oftalmólogo de animales.

Los perros diagnosticados con esta patología suelen recibir tratamientos preventivos intensivos para el ojo no afectado. De esta manera, se previene una ceguera progresiva total en la mascota. A partir de aquí, podrás entender lo importantes y delicados que son los ojos de tu mejor amigo.