Expertos explican por qué los perros nos dan la pata

Todos los que tenemos perros en casa nos hemos preguntado en alguna que otra ocasión por qué nos dan la pata y qué es lo que quieren decirnos cuando lo hacen. Lo primero a tener en cuenta es que los canes utilizan sus patas como herramientas de comunicación. Ahora, los expertos arrojan algo de luz sobre este asunto y explican cuáles son las principales razones por las que los perros tienen como costumbre acercarse a nosotros para ofrecernos su pata.

Llamar la atención

Tal y como señalan desde ‘The Dog Clinic’ la principal razón que hay detrás de este gesto es muy simple: el animal quiere llamar nuestra atención. Desde el momento que llega a nuestra casa, el perro depende de nosotros para todo: alimentarse, jugar, salir a la calle… Así, si estamos mucho tiempo fuera, lo más normal es que al volver a casa el can nos de su pata para que le acariciemos o juguemos con él. Es la forma que tiene de decirnos que nos echa de menos.

Necesitar alimento

Los perros, sobre todo cuando son cachorros, suelen tener hambre todo el tiempo. Así, suelen acercarse a nosotros para ver si les damos alguna golosina o su ración de comida, y para dejarnos claro lo que quieren nos dan su pata. Es importante que seamos estrictos y no cedamos siempre a sus deseos para evitar un problema de sobrepeso. Cabe señalar que en los últimos años el número de perros cuyo peso está por encima del recomendado ha aumentado de forma exponencial.

Tener miedo

Y, por último, también es frecuente que los perros nos den su pata en busca de protección y seguridad. Podemos darnos cuenta de ello si el animal se acerca a nosotros y deja la pata levantada. Quiere decir que hay algo que le pone nervioso. Debemos prestar atención a su lenguaje corporal ya que hay señales muy claras de que el perro tiene miedo: sus orejas están planas, se relame los labios continuamente y bosteza.

Es fundamental que desde el primer momento el perro tenga unas normas claras en casa. Si por ejemplo nos da su pata y estamos ocupados haciendo otra cosa, tenemos que apartarlo sin mirarle, y felicitarle cuando haya dejado de llamar la atención. La consyancia es clave: no podemos atenderle unas veces sí y otras no.