Adiós a los ladridos: un entrenador canino explica el sencillo truco para decirle a tu perro cuándo debe ladrar
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Los ladridos forman parte esencial del lenguaje de los perros. Esta forma de comunicación les permite alertarte, expresarte su emoción o llamar tu atención. Sin embargo, cuando esta conducta es muy frecuente, puede derivar en conflictos domésticos e incluso en problemas de convivencia con vecinos.
Para muchos dueños, controlar este hábito puede parecer una misión imposible. No obstante, un reconocido entrenador canino ha compartido una técnica práctica y efectiva que promete resultados visibles en pocos días. ¿Quieres saber cuál es?
Cómo enseñar a tu perro a ladrar únicamente cuando es necesario
La clave de este método reside en transformar el ladrido en una conducta voluntaria, controlada y ligada a una orden. Según explica Baruch Correa, un entrenador canino con amplia presencia en redes sociales y experiencia en adiestramiento positivo, todo empieza por no castigar el ladrido, sino entender su función.
En lugar de reprimir, propone reforzar positivamente el comportamiento para crear una asociación lógica. El proceso se inicia premiando al perro justo cuando ladra ante un estímulo externo (como alguien que se aproxima a la puerta).
Esta primera fase puede parecer contraintuitiva, pero tiene un propósito claro: enseñar al animal que su ladrido está siendo observado y puede ser útil como señal. El refuerzo con snacks o caricias no busca fomentar el exceso. Se trata de identificar el momento adecuado para introducir el siguiente paso.
El sencillo truco para lograr que tu perro entienda cuándo debe callarse
Una vez que el perro ha aprendido a vincular su ladrido con una consecuencia positiva, se introduce el comando de silencio, como «ya» o «basta». En esta segunda fase, el dueño debe esperar a que el perro comience a ladrar y entonces pronunciar la orden con claridad.
Si el perro deja de ladrar, se le premia de inmediato. Con la repetición, el animal asocia esa palabra con el acto de cesar el ladrido, comprendiendo que también se recompensa el silencio.
La etapa final del entrenamiento consiste en alternar los comandos para «activar» y «desactivar» el ladrido, generando un control consciente por parte del perro.
En este punto, el animal entiende que puede ladrar cuando se le indica y detenerse al recibir la orden correspondiente. Para lograrlo, el entrenador recomienda sesiones cortas y constantes de práctica, no superiores a unos 5 minutos, varias veces al día.
Entrenamiento positivo para perros: beneficios de esta técnica profesional
Con tiempo y perseverancia, el perro desarrolla un autocontrol que mejora la convivencia familiar y evita molestias con el entorno. Además, este tipo de entrenamiento refuerza la confianza mutua, fortalece la relación afectiva con el dueño y convierte al ladrido en una herramienta útil, no molesta.
Este enfoque evita castigos y apuesta por la comprensión del comportamiento natural del perro. Este método, según este entrenador canino, no solo logra resultados duraderos, sino que mejora la calidad de vida del animal y de todo su entorno.
Enseñar cuándo ladrar (y cuándo no) es posible. Todo comienza con empatía, con mucha paciencia y con un refuerzo positivo. Y tú, ¿conocías este truco?