Crisis del coronavirus

Los arruinados restauradores de Baleares desafían el veto del Gobierno y protestan ante la sede de Armengol

Ver vídeo

Los hosteleros de Baleares han mostrado este martes su indignación contra el Gobierno de la socialista Francina Armengol protestando por el cierre de bares, restaurantes y cafeterías decretado por el Ejecutivo, en el marco de la pandemia de coronavirus.

Hasta 8.000 hosteleros, según los datos ofrecidos por los organizadores, han acudido al Consolat de Mar en Mallorca, sede de la Presidencia del Govern balear, para protestar por lo que consideran la ruina para el sector. La Delegación del Gobierno trató este lunes de impedir esta manifestación, silenciando así a los empresarios críticos con el Ejecutivo. Muchos han llegado a estar a escasos metros de la puerta de esta sede, fuertemente custodiada por varios agentes policiales.

Los hosteleros reclaman la dimisión de la presidenta balear, tras las restricciones aprobadas este lunes en el Consell y que implicarán el cierre total de la hostelería hasta, al menos, el próximo 30 de enero.

La concentración, promovida por un empresario que ha logrado unir al sector de la hostelería contra las medidas del Govern, había sido convocada por redes sociales, pero se había solicitado también permiso a la Delegación del Gobierno, que trató de impedirla esgrimiendo un informe «desfavorable de la Dirección General de Salud Pública», dependiente del Gobierno de Armengol.

El Ejecutivo-que no vio problema en las marchas multitudinarias del 8-M-alegaba en este caso que las características de la concentración, con una asistencia prevista por el promotor de 300 personas y que «podría ser mayor» obligaban a su prohibición para «salvaguardar el derecho a la vida y a la salud». Los hosteleros han acudido con mascarillas.

Los empresarios han cantado lemas como «Armengol rata» y «Barmengol dimisión», o «¡¿Dónde están los gin tonics?!», en alusión a la ‘cazada’ a la presidenta balear, hace unos meses en un bar, de madrugada, e incumpliendo por tanto las restricciones que su propio Gobierno había impuesto para frenar la propagación del coronavirus. Armengol pidió disculpas por este hecho, pero se negó a dimitir.

Duras restricciones

Los restauradores consideraron este lunes que la prohibición de la Delegación del Gobierno era una maniobra para impedir sus protestas, y difundieron un mensaje en el que confirmaban la convocatoria y exigían ayudas inmediatas para el sector.

El Gobierno de la socialista Armengol ha impuesto severas restricciones contra la pandemia, que permanecerán vigentes al menos 15 días.

Entre ellas, se suspende la actividad de cafeterías, bares y restaurantes, y sólo podrá hacer servicio a domicilio y comida para llevar, lo que supone un nuevo golpe para un sector que ya atraviesa una profunda crisis.

Además, sólo se permitirán las reuniones y encuentros de convivientes en Mallorca e Ibiza, tanto en interiores como en el exterior, con excepciones como el cuidado de personas dependientes o las personas que viven solas, entre otros supuestos.

También se establecen serias restricciones a los comercios: las grandes superficies, de más de 700 metros cuadrados, permanecerán cerradas, a excepción de los supermercados, y el pequeño comercio tendrá un aforo limitado al 30% y cierre a las 20.00 horas. Los gimnasios también permanecerán cerrados.

Además, se suspenden todas las fiestas populares y se mantiene el toque de queda a las 22:00 horas. La recomendación a la ciudadanía, no obstante, es que permanezca en casa a partir de las 20:00 horas y que limite al máximo los contactos sociales.

Lo último en España

Últimas noticias