Sánchez recortó en 500 millones la inversión en vivienda en 2022 y sólo le dedicó el 0,4% del presupuesto

El ahínco que el presidente Pedro Sánchez está poniendo en las últimas semanas en presumir de promesas en materia de vivienda contrasta con la realidad de sus anuncios incumplidos y, en particular, con la demoledora realidad de las propias cuentas. Según la contabilidad oficial del Gobierno PSOE-Unidas Podemos, a la que ha tenido acceso OKDIARIO, la coalición socialcomunista y sus aliados parlamentarios independentistas recortaron el año pasado un 40% el presupuesto reservado a políticas de vivienda. Y, por si fuera poco, el Ejecutivo ni siquiera gastó al completo el dinero que había consignado a tal fin. El balance en conjunto es que Pedro Sánchez hundió el año pasado la inversión estatal en vivienda en más de 500 millones de euros.

Además, el resultado parcial de lo que llevamos de 2023 es desolador: entre enero y febrero, el Gobierno sólo había utilizado el 2,18% de los fondos consignados para este fin, cuando para ir al día debería haberse ejecutado el 17% del presupuesto.

Las cifras evidencian, por tanto, que lejos de reforzar su apuesta por impulsar la construcción social de viviendas y la ampliación del parque puesto a disposición de los ciudadanos con menos recursos, lo que ha hecho es reducirla drásticamente. Ahora, pese a la tozudez de las cifras, Pedro Sánchez trata de contrarrestar la realidad con nuevas promesas en vísperas de las elecciones municipales y autonómicas, y con las generales a la vista para finales de año.

Tijeretazo de 2.000 millones

Los datos a los que ha tenido acceso OKDIARIO son demoledores: los Presupuestos Generales del Estado de 2021 reservaron a acciones en materia de vivienda 5.061 millones de euros, pero en 2022 el Gobierno de Pedro Sánchez le dio un tijeretazo de 2.076 millones y dejó las partidas para políticas de vivienda en menos de 3.000 millones de euros.

Además, lo que se invirtió finalmente fue menos de lo que se había comprometido en la Ley de Presupuestos Generales del Estado. Así que entre incumplimientos y recortes, el resultado es que la inversión efectiva en materia de vivienda pasó de los 1.878,78 millones de 2021 a 1.361 millones en 2022. Es decir, un recorte del 28%.

Dinero prometido y esfumado

El ímpetu con el que Pedro Sánchez pone en escena sus promesas inmobiliarias contrasta con la cantidad de dinero que ha dejado de invertir en esta materia desde que está en La Moncloa. De 2019 a 2022, su Gobierno ha dejado en la cuneta, sin gastar, 589 millones de euros que se había comprometido a invertir en políticas de vivienda a través de los tres grandes ámbitos presupuestarios que articulan esta materia: la promoción y concesión de ayudas para la rehabilitación y el acceso a la vivienda; la ordenación y el fomento de la edificación; y la construcción de viviendas de alquiler social en edificios eficientes, apartado este último que se está sufragando íntegramente con parte de los fondos que la Unión Europea está enviando a España en el marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.

En 2021, gracias a esos fondos europeos, el Gobierno de Pedro Sánchez contó con una inyección extra de 1.651 millones de euros para construir viviendas de alquiler social en «edificios eficientes», pero dejó sin gastar 401 millones. En 2022, pese al grueso incumplimiento en el que había incurrido en 2021, en vez de reforzar esta partida, la redujo drásticamente. De los 1.651 millones que había presupuestado en 2021 para construir viviendas de alquiler social pasó a 500 millones. Eso sí, los gastó en su integridad. Pero, en la práctica, significó que en este apartado el Gobierno invirtió 750 millones menos que en 2021. Recorte sobre recorte.

El apartado de ordenación y fomento de la edificación también refleja un flagrante incumplimiento por parte del Gobierno de Sánchez. Deja en la estacada gran parte de los fondos que reserva a ese fin. En 2021 se comprometió a gastar en ese apartado 79 millones de euros, pero en realidad apenas ejecutó 57 millones. Y en 2022, el año pasado, el balance todavía fue peor: había consignado en los presupuestos del Estado 63 millones para ordenación y fomento de la edificación, pero sólo gastó 39 de ellos. Así que, en sólo dos años, el Gobierno de Sánchez dejó sin invertir 46 millones de euros sólo en este apartado, el de la ordenación y el fomento de la edificación.