Bartolomé Cursach también fue accionista mayoritario del Real Mallorca

El juez manda a prisión al magnate del ocio nocturno de Mallorca

Bartolomé Cursach
Bartolomé Cursach, magnate de la noche mallorquina.

El titular del Juzgado de Instrucción número 12 de Palma de Mallorca ha ordenado el ingreso en prisión provisional sin fianza del empresario Bartolomé Cursach, el principal magnate del ocio nocturno de la isla y ex accionista mayoritario del RCD Mallorca.

Junto a él también ingresará en prisión el director general del Grupo Cursach Ocio, Tolo Sbert. Ambos estarían implicados en la trama de corrupción policial de los municipios de Palma y Calvià que la Justicia investiga desde hace tres años. Una trama con ramificaciones en el negocio de la prostitución y el tráfico de drogas.

Agentes y altos mandos de la Policía Local de ambos municipios habrían aceptado sobornos para favorecer y proteger a los establecimientos del Grupo Cursach, al tiempo que extorsionaban a los empresarios que le hacían la competencia en el mundo del ocio nocturno.

El juez Manuel Penalva imputa a Cursach y su número 2 los presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, corrupción de menores, homicidio, cohecho, extorsión, amenazas, coacciones, uso de información privilegiada, delito contra la Hacienda pública y contra el derecho de los trabajadores, blanqueo de capitales, tráfico de influencias, falsedad documental, estafa procesal, aportación de documentos falsos en juicio y tenencia ilícita de armas. Es decir, casi todo el Código Penal.

La mafia de Punta Ballena

Ambos fueron detenidos el martes en la operación Sancus, horas antes de que la Policía Nacional registrara la discoteca BCM, la mayor del municipio de Calvià. En la operación también fue detenido el director de relaciones institucionales del Grupo Cursach, Toni Bergas, que fue inspector de la Policía Local de Palma. Este último ha quedado en libertad provisional, aunque el juez le ha retirado el pasaporte.

La Policía también registró una lujosa vivienda de Cursach, situada en una finca de la urbanización Puntiró, y otros establecimientos del empresario: las discotecas Tito’s y Pachá del Paseo Marítimo de Palma, el complejo de ocio Megapark del Arenal y el gimnasio Megasport. Además de estos negocios que le convierten en el rey del ocio nocturno, Bartolomé Cursach fue durante varios años el mayor accionista del principal equipo de fútbol de la isla, el RCD Mallorca, tras comprar en 2003 el 42% de las acciones que estaban en manos del Grupo Zeta.

Fuentes próximas a la investigación apuntan que el delito de corrupción de menores que se imputa a los detenidos alude a la posesión de material informático. En cuanto al presunto delito de homicidio, la Policía estaría investigando las circunstancias en las que, hace pocos meses, falleció un empleado de la máxima confianza de Cursach.

Ya tres años antes, en septiembre de 2014, apareció muerto –la autopsia confirmó que se trataba de un suicidio– el empresario argentino Javier Pierotti, que había denunciado públicamente la pasividad de la Policía Local de Calvià ante los excesos del tráfico de drogas y la prostitución en las principales zonas turísticas del municipio: Magaluf y Punta Ballena.

Policías a sueldo del rey de la noche

Aquel mismo mes de septiembre de 2014, el juez dio el primer golpe contra la mafia policial: ordenó la detención del jefe de la Policía Local de Calvià, José Antonio Navarro, de dos de sus agentes y del jefe de la Policía de Marratxí, Antonio Ledesma (quien luego quedó en libertad tras colaborar con la Justicia).

La Fiscalía Anticorrupción había recibido un vídeo en el que un agente colocaba una bolsa con droga en un local de ocio de Magaluf, para que fuera detectada por un perro de la unidad canina de la Policía, cuyo responsable también fue detenido.

Durante estos tres años, la investigación judicial ha permitido constatar que el empresario Bartolomé Cursach tenía a sueldo a varios policías locales: a unos los empleaba como porteros de sus discotecas, a otros les pagaba sobornos para que hicieran la vista gorda con las irregularidades e incumplimientos de sus establecimientos.

La Fiscalía también contó con la colaboración del ex concejal de Urbanismo de Palma Javier Rodrigo de Santos, quien acababa de salir de prisión y había sufrido todo tipo de presiones por ordenar el cierre del complejo de ocio MegaPark, que Cursach abrió en el Arenal sin licencia.

Cae el jefe de la Policía de Palma

Pocos meses después, en el marco de la misma operación Sancus que ahora ha llevado a prisión a Cursach, la juez Carmen González ordenó detener a ocho agentes de la Policía Local de Palma, acusados de extorsionar a empresarios del ocio del Arenal. En la misma causa quedaron imputados el entonces jefe de la Policía Local, Joan Mut, y el concejal de Seguridad Ciudadana, Guillermo Navarro.

Pero esta trama de corrupción policial también tenía ramificaciones en el departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de Calvià, cuyo director general de Comercio y Actividades, Jaime Nadal, ha sido destituido después de que EL MUNDO/El Día de Baleares desvelara que frenó la revisión de licencias de la discoteca BCM. Según ha constatado la Guardia Civil, esta discoteca del Grupo Cursach lleva 27 años funcionando con una licencia de apertura que es «nula de pleno derecho».

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