La hija del juez De Prada acusa a la Fiscalía de perseguir políticamente a ETA
Pilar Eirene de Prada, hija del magistrado de la sección segunda de la Audiencia Nacional José Ricardo de Prada, que debe juzgar Gürtel, colabora en un libro editado por Gonzalo Boye, que ejerce de acusación en varias piezas del caso. Contrapoder, que así se titula el libro, recoge las opiniones de la hija del juez, que arremete duramente contra el órgano judicial al que pertenece su padre.
Pilar Eirene centra sus críticas en las iniciativas de la Audiencia Nacional contra ETA. Así, asegura que «existe una verdadera persecución de la libertad de expresión amparada en los tipos penales de apología y enaltecimiento, y la indefinición de sus límites interpretativos llega a unos extremos que ponen seriamente en peligro los derechos fundamentales a la libertad ideológica, de expresión e incluso de información, tratando de controlar lo que acontece en las redes sociales».
Pilar Eirene precisa más el destinatario de su crítica: la Fiscalía de la Audiencia Nacional, órgano que aporta pruebas para numerosos juicios que falla su padre. «La última reforma del Código Penal endurece de manera alarmante estos tipos penales y coincide con un giro por parte de las investigaciones policiales y el posicionamiento de la fiscalía, orientado a la persecución de lo que se expresa a través de las redes sociales, cuyos resultados -operaciones policiales como las denominadas Araña, con escasa justificación por su nula peligrosidad, rayana en la persecución política e ideológica- han despertado todas las alertas de organizaciones de derechos humanos».
La hija del magistrado De Prada, que se define como abogada y politóloga, considera que la Audiencia Nacional da pábulo a meras elucubraciones policiales. «Los relatos interesados -fundamentados en construcciones policiales- han recibido beneplácito judicial, conformando una noción de amplio espectro que ha permitido la ilegalización de una gran parte de la izquierda abertzale».
Dicho de otro modo, esta letrada pide que se ponga fin «a la persecución del llamado aparato político de ETA». Reclama que salgan de prisión los condenados por lo que ella llama «actividad política» y que se supriman las penas de inhabilitación para acceder a cargos públicos. En ocasiones, pone nombre a tal petición: Arnaldo Otegi. Cree que debería poder ser candidato.
También censura las detenciones de miembros de la cúpula etarra en Francia porque son «las únicas personas que ante las políticas de dispersión y aislamiento de los presos pueden coordinar y liderar ETA y tienen capacidad para ejecutar el desarme, pues disponen de la información sobre la localización de los zulos, la mayoría de ellos situados en Francia».
Pilar Eirene de Prada defiende sin ambages el «acercamiento de los presos de ETA a Euskadi» y critica que el Gobierno no lo acepte, «victimizando con ello a los presos de ETA». Por último critica que el Estado no indemnice a las familias de etarras víctimas de los GAL: «Resoluciones discriminatorias como las recientemente adoptadas por la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional, negándose a indemnizar a las víctimas de los GAL, es incomprensible y de efectos demoledores en un proceso de paz».