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Un ex director del CNI en una charla en el PSOE: «Todavía no estamos para celebrar el fin de ETA»

En plena ofensiva de Trump a la UE, Alberto Saiz en una charla socialista: "No admiro a su país"

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Alberto Saiz, que fue director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ha afirmado esta semana que España todavía no está lista para celebrar oficialmente el fin de ETA, a pesar de que han pasado casi 15 años desde que la banda terrorista anunció el cese definitivo de su actividad criminal. «Todavía no, la pelea ha sido el relato», ha señalado durante una charla organizada por la agrupación del PSOE de Hortaleza, a la que asistió OKDIARIO. Así se pronuncia Saiz en una de sus escasísimas intervenciones públicas mientras Pedro Sánchez sigue en Moncloa gracias al apoyo del partido proetarra Bildu.

Saiz, que estuvo al frente de los servicios secretos españoles con José Luis Rodríguez Zapatero, respondió así a la pregunta de una asistente que cuestionaba «por qué la memoria es muy frágil» y por qué no existe «una posibilidad de conmemorar, rememorar que han pasado años en los que se ha disuelto una banda terrorista y que se ha vuelto a la convivencia».

«Cuando ETA acaba, en su entorno más duro intentaron imponer su relato como diciendo: bueno, esto ha sido una victoria nuestra», afirma Saiz, sugiriendo que el entorno político de la banda ha tratado de apropiarse del relato del fin de ETA.

Durante su intervención, de una hora de duración, el ex jefe de los espías españoles repasó cómo el CNI contribuyó decisivamente al fin de la organización terrorista, especialmente tras el fracaso de las negociaciones que se rompieron con el atentado de la T-4 de Barajas el 30 de diciembre de 2006. «A partir de ese momento, todas las expectativas que el entorno de ETA había despertado con la apertura de la negociación se vinieron abajo. Por lo cual la banda quedó, si cabe, mucho más aislada», explica.

El ex director destacó que, tras ese punto de inflexión, el CNI cambió radicalmente su estrategia, logrando infiltrarse en los sistemas de comunicación de la banda y anticipándose a sus movimientos.

«Localizamos al informático que hacía los programitas que aplicaban ellos en sus ordenadores para que no pudiesen ser vistos u observados desde fuera», reveló. Esto permitió a los servicios de Inteligencia conocer con detalle los movimientos de la cúpula etarra: «Conseguimos darle la vuelta al asunto interceptando su sistema de comunicación».

Saiz pone como ejemplo la operación que permitió la detención del jefe militar de ETA, Garikoitz Aspiazu, alias Txeroki, en noviembre de 2008. «Acababa su trabajo un viernes y se va con la novia a pasar el fin de semana a un pueblo del sur de los Pirineos. O sea, que no es que estuviese metido en una cueva de Alí Babá. Él estaba haciendo su vida normal», explica, descartando la idea de que los terroristas vivían completamente ocultos.

La certeza sobre el fin de ETA era tal que, según confesó el ex director, los servicios de Inteligencia informaron al Rey y al presidente Zapatero de que la caída del último jefe, Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, alias Ata, supondría el fin definitivo de la banda. «Cuando caiga éste… semanas, un mes, dos meses, no más. Esto es cuestión de esperar. Estaban acabados», sostiene este ex director del CNI al relatar lo que ocurrió en aquel momenot.

Saiz recordó que ETA había sufrido una «muerte entrópica porque ya no tenía la energía suficiente como para responder» a los golpes asestados por las fuerzas de seguridad. «No había dirección ni posibilidades de que se repusiese», remarca, añadiendo que la banda se había quedado sin capacidad para reemplazar a los dirigentes detenidos tras más de 850 asesinatos en cinco décadas de existencia.

Saiz destaca que el CNI jugó un papel decisivo en el desenlace: «La intervención del CNI con estas operaciones que decimos fue decisiva para que todo este proceso acabase lo antes posible». «Si hablamos en términos de salvar vidas, yo creo que sí, creo que contribuimos a ello», agrega.

Este ex jefe de los espías subraya que el trauma sigue presente para muchos españoles: «ETA vive, como es lógico, en la cabeza de las víctimas. No lo van a poder olvidar en su vida». No obstante, dejó entrever que algún día España podría estar preparada para conmemorar este hito histórico: «Yo para mis adentros sí creo que este país está preparado para algunas cosas».

Aunque los espías deben, por su estatuto, «guardar la más estricta neutralidad política» bajo pena de «infracción muy grave» que conlleva despido y multa, este ex jefe del CNI participa así en una charla junto al rostro del fundador del PSOE y multitud de logos.

Cartel del evento.

Este ingeniero de montes, que dirigió el CNI de 2004 a 2009 tras pasar por el Gobierno de José Bono en Castilla-La Mancha, ha repasado también el papel de La Casa en la lucha el terrorismo yihadista, al que llamaba «terrorismo internacional» para «evitar enfadar a países vecinos».

El ex director destacó la operación que evitó un atentado en Barcelona a principios de 2008, conocida como Operación Cantata. Tras el 11-M, Al-Qaeda Central sólo aparece relacionada con un complot terrorista en España. La Guardia Civil detuvo a 14 individuos de nacionalidad paquistaní, vinculados también al Tehrik-i-TalibanPakistan (TTP). Los terroristas pretendían atentar contra el Metro de Barcelona y fueron condenados por la Audiencia Nacional.

Alberto Saiz, que dimitió de la dirección del CNI en julio de 2009 tras ser pillado en viajes en los que hizo pesca deportiva en yates y caza en países exóticos de África, concluyó su charla con una reflexión sobre la visibilidad de los servicios de Inteligencia: «Un servicio puede ser secreto, es un servicio de Inteligencia, pero no tiene por qué ser invisible ante la ciudadanía».

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