Un entramado de sociedades offshore en paraísos fiscales
La joya de la corona para el Canal, la sociedad colombiana que suministraba agua a la cuarta ciudad más poblada de Colombia, con dos millones de habitantes, tras Bogotá, Medellín y Calí, era Inassa. Era la accionista de Triple A (Agua, Acueducto y Alcantarillado), la empresa, constituida en 1991, que tenía la concesión del Ayuntamiento, en la que participaba en un 85%.
SAA es la instrumental del paraíso fiscal de Panamá a través de la cual el Canal compró Inassa.
Los accionistas locales constituyeron más tarde Fidugan, que con un 48,2% de Inassa, ostentaba el poder fáctico de todo el negocio y, sobre todo, tenían el control de los políticos colombianos. El artífice de todo este entramado era el empresario local Marco Aurelio Royo, que estuvo implicado en un escándalo económico en Colombia, en 2002.
Además de la panameña SAA, los siete ejecutivos españoles de Agbar que se quedaron con parte del pastel constituyeron IAA, consiguiendo un 12% de Inassa.
Otra de las sociedades que participó en el pelotazo fue Finanzas Internacionales Real que adquirió el 2% del capital antes de que el Canal pagara diez veces más de su valor.
Con la compra de Inassa los gerentes del Canal se comprometieron también a la adquisición de la sociedad dominicana Watco, cuyo objeto social -electrónica- nada tenía que ver con el negocio de la compañía madrileña. Además, el Canal jamás llevó a cabo una valoración de sus activos ni una auditoría legal de la empresa, a la que se le atribuía un valor de 1,5 millones de dólares.
Los letrados de Cuatrecasas se lamentan de que «Extensia asume sin restricción alguna cualquier responsabilidad de cualquier índole que tenga o pueda imputarse a Watco en el futuro».
Tecvasa era la sociedad controlada por Olmos, sin duda alguna, la que se llevó la mayor parte del pastel tras un rocambolesco juego de intereses.
Latinoamericana de Aguas y Servicios (Lassa) es otra offshore controlada por Olmos, que fue disuelta una vez concluida la operación del Canal.
Otras sociedades que dependían de IAA eran AAA Servicios y AAA Servicios de Venezuela.
Por último habría que destacar la empresa Soluciones Ambientales, que también fue constituida en el mismo despacho panameño de SAA y Lassa.
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