El Senado de EEUU comprobó que el libro de Verstrynge impulsó la alianza de Chávez con Hezbolá

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Jorge Verstrynge, en una entrevista con Pablo Iglesias en La Tuerka.

La relación entre el Gobierno de Venezuela, el régimen de los ayatolás de Irán y la milicia terrorista libanesa Hezbolá tiene vínculos claros con las enseñanzas extendidas por el libro de Jorge Verstrynge, según expertos internacionales de seguridad. El dictador Hugo Chávez adoptó su doctrina de la guerra asimétrica, la que explica el político podemita como la lucha de EEUU contra los grupos terroristas, el mismo año en que le compró a Verstrynge más de 30.000 ejemplares de su obra para el Ejército bolivariano y lo hizo profesor de su escuela militar.

En 2005, Chávez «adoptó oficialmente el modelo islamista radical de guerra asimétrica, lo que tiene vínculos con kamikazes y diferentes tipos de terrorismo, incluido el uso de bombas atómicas y otras armas de destrucción masiva. Esto ocurrió al mismo tiempo que Hezbolá cobraba más y más presencia en América Latina y cuando Chávez anunció un proyecto de construir drones con ayuda iraní», escribía el experto en seguridad internacional Douglas Farah.

Farah, asesor de Seguridad Nacional en EEUU y miembro del International Assement and Strategy Center, fue más claro aún en su acusación: «Chávez adoptó como su doctrina militar los conceptos de estrategias articuladas en La guerra periférica y el islam revolucionario, del político español Jorge Verstrynge».

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Douglas Farah, compareciendo en el Senado de EEUU sobre Venezuela.

Si a esto se une que Chávez compró para la formación de sus militares entre 30.000 y 50.000 libros del libro de Verstrynge, donde explica cómo fabricar bombas diversas (atómicas, bacteriológicas, químicas…)  y que Venezuela creó una escuela castrense en Bolivia para todos los países de la alianza bolivariana (ALBA) financiada por Irán, el círculo se cierra: el manual del ex número dos de Fraga en Alianza Popular y hoy miembro de Podemos circuló como obra en una escuela militar que pagaba la dictadura de los ayatolás, financiadora de los terroristas libaneses de Hezbolá.

Posteriormente, Venezuela se sumó al corro de países que financian a la milicia de Hezbolá, según la DEA (Drug Enforcement Administration, la Administración para el Control de Drogas de EEUU).

El dinero del narcochavismo

El dinero sucio del narcochavismo no sólo ha llegado a las FARC o a ETA. Según datos en poder de la DEA, esta estructura también ha redirigido pagos hacia el grupo terrorista que dominma gran parte de Líbano y combate hoy en Siria al lado del ejército del sátrapa Bashar al Assad e Irán.

El narcochavismo ha usado para este desvío de fondos a Victor Aulart, ex vicepresidente de PDVSA, la petrolera venezolana. Casualmente, su sustituto en la empresa estatal de crudo, Erik Malpica, es otro de los hombres a los que la DEA sitúa en el organigrama del cartel de los Flores. No en vano, es sobrino de la primera dama venezolana, la esposa de Nicolás Maduro, Cilia Flores.

El dinero del narcotráfico, a través de PDVSA, salía hacia Suiza y de ahí a un banco portugués. Finalmente, los fondos acababan en Dubai, donde los manejaba un ciudadano iraní, dueño de una empresa en Suiza.

El Senado de EEUU

Las conexiones entre las dictaduras bolivarianas (la Venezuela de Chávez, el Ecuador de Correa, la Bolivia de Morales y la Nicaragua de Ortega) fueron analizadas en febrero de 2012 por un comité del Senado de Estados Unidos en una sesión monográfica en la que compareció Douglas Farah.

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Comparecencia de Farah ante el Senado de EEUU.

El asesor de Seguridad Nacional inició su intervención aquel 16 de febrero de 2012 agradeciendo a la Cámara Alta del Congreso la oportunidad de comparecer para dar cuenta a los senadores de «un asunto de profunda importancia para la seguridad de la patria y la supervivencia de la democracia en Latinoamérica».

En su introducción, Farah desarrollaba la extraña alianza de Irán, «un país sin lazos históricos, culturales o religiosos» con los países del cono sur como consecuencia de «los intereses comunes de acabar con EEUU, como David con Goliat» y de «la necesidad de ambas partes de estrechar lazos económicos en el contexto de las sanciones internacionales que minan las finanzas iraníes».

Posteriormente, el experto hace un desglose de los grupos «estatales y no estatales» (los países bolivarianos, las FARC, Hezbolá, Irán…) con intereses cruzados «en el crimen organizado en la zona» que, recuerda Farah, «ya estableció el presidente Obama como la primera preocupación en su Estrategia de seguridad Exterior», publicada a finales de 2011.

De hecho, como prueba de los estrechos vínculos entre las partes, demuestra Farah la financiación por parte de Teherán de esa academia militar bolivariana impulsada por Chávez en Bolivia. Para el asesor de Seguridad Nacional, «es notorio que estos actores están implicados en el tráfico de drogas, el tráfico de personas y el de armas de destrucción masiva», que «justifican como legítimas en su guerra asimétrica contra Estados Unidos».

El libro de Verstrynge

Es ahí donde Farah incluye el libro de Jorge Verstrynge La guerra periférica y el islam revolucionario como la clave intelectual de todo este entramado. Citando al terrorista venezolano Carlos el Chacal como el primero en vincular el marxismo con el islam violento «como armas combinadas para acabar con el imperialismo de EEUU», cita su concepto de guerra asimétrica, tomado por «el político e ideólogo español Jorge Verstrynge».

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Págs.10/11 de la comparecencia de Farah, que reproduce la portada del libro de Verstrynge.

Carlos el Chacal cumple hoy cadena perpetua en una cárcel francesa por el asesinato de dos policías galos. En la cárcel escribió un libro llamado Islam revolucionario y allí recibió la visita del embajador venezolano, con la consigna de Chavez de que hiciera lo posible por excarcelar al «amigo y auténtico revolucionario».

Verstrynge, remarca Farah, «tomó las enseñanzas de Carlos y profundizó en ellas en su libro, justificando el uso no sólo de la guerra de guerrillas, sino de lo que se se ha dado en llamar terrorismo como legítima guerra asimétrica» con el objetivo de «destruir Estados Unidos con diversos métodos de guerra asimétrica» haciendo hincapié en la ventaja de «la voluntad sagrada de los combatientes musulmanes para sacrificar sus vidas por sus objetivos».

La comparecencia de Farah ante el Senado está recogida en un documento oficial que reproducimos aquí y en el que se muestra la portada del libro de Verstrynge, dada la relevancia que el ponente le otorga a la obra del político español, al que cita no menos de 11 veces como instigador de la alianza entre el narcochavismo y los terroristas de Hezbolá.

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