Trump cambia las normas para que el Senado apruebe a Gorsuch, su candidato ultraconservador al Supremo

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Neil Gorsuch. (Foto: AFP)

Es lo que tiene haber ganado las elecciones asegurando que uno «representa al pueblo», que después es la apelación al «pueblo» la que justifica toda acción. Este jueves, la bancada demócrata dilató la confirmación del ultraconservador Neil Gorsuch como juez vitalicio del Tribunal Supremo estadounidense. Y la mayoría republicana ha reaccionado activando lo que en EEUU se llama la ‘opción nuclear’: si una norma no nos sirve, la cambiamos. Y ya está.

La bronca se ha instalado en la política estadounidense. Y si Donald Trump no se sale con la suya, pues amenaza a los congresistas republicanos que no le apoyaron tumbar el ‘Obamacare’ o revienta las normas del Senado para la elección de nuevos jueces del Supremo. Y ya está.

Los senadores demócratas lograron sumar los suficientes votos para impedir que la candidatura del juez Gorsuch para el Supremo fuera siquiera sometida a votación, en un caso de filibusterismo que los republicanos amenazaron con sortear utilizando la ‘opción nuclear’.

El Partido Republicano necesitaba 60 votos para terminar el debate y pasar a la fase del voto, pero para ello precisaba de al menos ocho sufragios prestados, ya que únicamente cuenta con 52 senadores. Sin embargo, finalmente sólo pudieron sumar 55 votos, insuficientes para seguir con la tramitación de la candidatura.

«Será el primero y último filibusterismo partidista del Tribunal Supremo», avisó antes de la votación el líder de la mayoría, Mitch McConnell. Así, daba por hecho el cambio en la regulación para que únicamente baste la mayoría simple en lugar de la cualificada. Y, dicho y hecho, en menos de dos horas los senadores republicanos lo impulsaron.

Para el líder demócrata en la Cámara Alta, Chuck Schumer, este jueves marcará «un punto de inflexión en el Senado y el Tribunal Supremo», toda vez que se romperá con los principios de «bipartidismo, moderación y consenso». Ambas partes temen que, con el cambio de norma, puedan entrar en la máxima corte de forma vitalicia jueces con una ideología más extrema.

De hecho, la marcada ideología conservadora ha sido el principal lastre de Gorsuch, un juez de 49 años que, una vez confirmado, romperá el actual equilibrio en el Tribunal Supremo. La muerte del magistrado Antonin Scalia en febrero de 2016 ha dejado a la corte con un empate a cuatro votos entre progresistas y conservadores.

La incorporación de Gorsuch se ha convertido en uno de los principales empeños de Trump, quien durante la campaña electoral abogó por bloquear cualquier intento de su predecesor, Barack Obama, para cubrir la vacante. Tanto los republicanos como Trump insistieron en que la decisión correspondía al vencedor de las elecciones de noviembre, lo que les ha garantizado un juez más afín.

Una veintena de personas han protagonizado una sentada en uno de los edificios del Senado para protestar contra el proceso al grito de «¡Paremos a Gorsuch!». Las fuerzas de seguridad han intervenido han arrestado a varios de los manifestantes, según la agencia Reuters.

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