Los rusos lloran a las víctimas del ataque terrorista en Moscú

Rusia llora desde este sábado a las víctimas del ataque terrorista en Moscú en la sala de conciertos Crocus City Hall, reivindicado por el grupo terrorista ISIS, en el que han muerto asesinadas 133 personas, entre ellos niños, y ha dejado 144 heridos. Los rusos han depositado desde este sábado flores, juguetes y velas ante el Crocus City Hall, la sala de conciertos del suburbio moscovita de Krasnogorsk, en memoria de las víctimas, además de donar sangre para los 144 heridos.

«Lo siento mucho por las víctimas, es terrible», ha declarado Milena, una vecina que ha acudido a depositar flores este sábado en el Crocus City Hall. «Es terrible darse cuenta de que esto estaba ocurriendo a tu lado. Estaba en casa y me imaginaba cómo se desarrollaba esta tragedia», ha indicado entre lágrimas. «Fue como una pesadilla», ha recordado.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha calificado este sábado de «acto terrorista bárbaro» el ataque terrorista contra la sala de conciertos de Moscú en el que han muerto asesinadas 133 personas, como se ha indicado anteriormente, y además ha declarado día de luto nacional en el país el domingo, 24 de marzo.

En un discurso televisado, Putin ha condenado el atroz atentado: «Me dirijo hoy a ustedes en relación con el sangriento y bárbaro acto terrorista, que ha tenido decenas de personas inocentes como víctimas. Declaro el 24 de marzo día de luto nacional».

Putin ha indicado que los cuatro terroristas habían sido detenidos y ha prometido severas repercusiones para todos los implicados en ataque terrorista citado. «Los cuatro autores del acto terrorista que dispararon y mataron a personas han sido detenidos. Viajaban hacia Ucrania. Identificaremos y castigaremos a todos los que estuvieron detrás de los terroristas, que prepararon el atentado», ha destacado.

El Gobierno de Estados Unidos ha condenado este sábado de forma contundente el ataque terrorista de este pasado viernes en Moscú, en el que han muerto asesinadas 133 personas y 144 han resultado heridas.

El Departamento de Estado ha enviado sus «más profundas condolencias a las familias y a los allegados de los asesinados y de todos los afectados por este atroz crimen». Por último, ha expresado su «condena al terrorismo en todas sus formas» y ha trasladado «su solidaridad al pueblo de Rusia que está llorando las vidas perdidas en este horrendo suceso».

El atentado de este pasado viernes en el recinto del Crocus City Hall de Moscú, en la periferia noroeste de la capital rusa, es el más sangriento en la historia contemporánea de la ciudad, por delante ya de la tragedia de la crisis del secuestro, a manos de separatistas chechenos, de los asistentes del teatro Dubrovka, una tragedia que acabó con 132 rehenes muertos durante una operación implacable de las fuerzas de seguridad.

Las 133 víctimas mortales, entre ellas tres niños, confirmadas hasta el momento en el ataque del viernes obedecen a una estimación que, según el gobernador de la región de Moscú, Andrei Vorobiov, aumentará en las próximas horas, conforme los servicios de emergencia continúen rescatando víctimas mortales de entre los escombros del pabellón, incendiado por los propios atacantes. El número de heridos ha superado claramente el centenar y ahora mismo permanecen hospitalizadas 80 personas.

El ataque ha tenido lugar bajo la extraordinaria circunstancia de la guerra de Rusia contra Ucrania, que está marcando la línea de la investigación que las autoridades rusas están haciendo del atentado. El Servicio de Seguridad Federal de Rusia (FSB), ha informado ya al presidente ruso, Vladimir Putin, de 11 detenidos, entre ellos cuatro sospechosos directos del ataque, interceptados a primera hora de este sábado y a la altura de la localidad de Jatsun, en la región de Briansk, a unos 340 kilómetros al suroeste de Moscú.