La hija de Trump dice que su caso con los correos electrónicos privados no es comparable al de Clinton
Ivanka Trump, hija y asesora del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha alegado que «no hay equivalencia» entre el uso que ella hacía de su dirección privada de correo electrónico y el escándalo que sacudió la campaña electoral de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton.
«Todos mis emails están almacenados. No se ha borrado nada. No hubo ninguna intención de ocultación», ha afirmado la hija del mandatario, en una entrevista a la cadena ABC News. El propio Trump, que criticó duramente a Clinton durante la campaña, también desvinculó ambos casos la semana pasada.
Ivanka Trump ha defendido que «no hay restricciones al uso del email personal» y ha explicado que, si llega a la cuenta privada un mensaje relativo a cuestiones de trabajo, basta con reenviarlo a la del Gobierno «para que pueda ser archivado», tal como dictan la ley federal de registro.
La polémica ha surgido a raíz de una información publicada por ‘The Washington Post’ y en la que se asegura que la hija del presidente utilizó su cuenta personal para enviar cientos de correos electrónicos a funcionarios de la Casa Blanca. Las comunicaciones se remontarían a principios de 2017, antes de que su padre asumiese el cargo de presidente de Estados Unidos –20 de enero– y de que ella se uniese en marzo al equipo de la Casa Blanca como asesora sin sueldo.
Según los análisis, Ivanka Trump usó una cuenta personal con un dominio compartido con su marido –el también asesor Jared Kushner–, para discutir políticas gubernamentales y asuntos oficiales algo menos de cien veces, en la mayoría de los casos para responder a funcionarios que le escribían a esa dirección.
Hay otra categoría de correos aparentemente más controvertida en la que la hija del presidente comentaba cuestiones relativas a su trabajo y detalles de viajes que ella se enviaba a sí misma y a asistentes responsables del cuidado de sus hijos o de su casa, según fuentes consultadas por el rotativo ‘The Washington Post’.