'65 años del final de la Revolución Cubana: percepciones sobre Fidel Castro'

Fidel Castro financió a terroristas de ETA para que le ayudaran a cumplir su sueño: una España comunista

La Fundación Disenso publica un informe del retrato real de Fidel Castro: sanguinario, misógino, racista, cruel y oportunista

Fidel Castro Disenso
Fidel Castro en una foto de archivo (Foto: Europa Press).

Fidel Castro soñaba con una España comunista. Por eso financió a terroristas de ETA en Cuba, a los que les proporcionó entrenamiento y protección con el objetivo de que le ayudasen a conseguir su gran objetivo.  Así se relata en el informe del think tank de la Fundación Disenso 65 años del final de la Revolución Cubana: percepciones sobre Fidel Castroque se publica esta semana firmado por la escritora e hispanista cubana Zoe Valdés. En este análisis concluyente se aportan pruebas y datos sobre quién era el dictador Fidel Castro en realidad: sanguinario, misógino, racista, cruel, clasista y oportunista, que sumió la isla de Cuba en una dictadura comunista secuestrando durante décadas a millones de cubanos, y con deseos, como se ha indicado con anterioridad, de hacer de España un país comunista.

España comunista con la ayuda de ETA. «El sueño de Castro era España, invadirla de agentes infiltrados, inocularla con el bichito de la revolución y rematarla con su producto de marketing. Una dulce venganza contra su amiguete Francisco Franco, el que le surtía de turrones cada Navidad, hasta que las prohibió. Dicen que el generalísimo repetía ‘Al galleguito no me lo toquen’ cuando alguien de su entorno se refería al peligro que representaba Castro», se puede leer en el informe de la Fundación Disenso que firma Zoe Valdés. «Para esa revolución castro-española se prestó gustoso, puso todo con relación al entrenamiento y protección de terroristas de ETA, recibió a numerosos de sus miembros como refugiados en la isla, con importantes privilegios, aunque más discretos, que con anterioridad había recibido a los revolucionarios chilenos, que hasta barrios enteros fueron poblados por ellos», se puede leer en el informe de la Fundación Disenso.

«A los etarras les facilitaron mansiones protegidas en barrios exclusivos, sus hijos asistían a las escuelas y se les proporcionaba un estipendio altísimo de 3.000 pesos solamente por estudiar; así quién no iba a querer ir a Cuba a entrenarse para después volver a asesinar en España», se plantea en el texto.

«Recuerdo un diálogo público con el bailarín Antonio Gades en el que éste le preguntó, después de que Fidel le sirviera de padrino de su boda y lo casara con Pepa Flores, conocida todavía entonces en Cuba como Marisol, qué le aconsejaba para que él pudiera hacer la revolución en España. A lo que Castro le respondió sin titubeos: ‘Déjate de tanto taconeo, Gades, apodérate de una kalashnikov y trépate a la Sierra, como lo hice yo’. Gades sonrió tímido como un niño sorprendido y amonestado», se explica en el texto.

Fidel Castro, el sanguinario.  «Jean-Paul Sartre rompió con él al enterarse de la cantidad de fusilamientos que cada noche se ejecutaban en la prisión de La Cabaña», se recuerda. En el mismo texto, también se señala que se fue deshaciendo de los demás miembros de la revolución: Camilo Cienfuegos, Ernesto Che Guevara y el comandante Huber Matos.

El racista. En el texto de la Fundación Disenso sobre Fidel Castro, se destaca que «cientos de negros cubanos eran fusilados y encarcelados en Cuba, jamás se les dio la libertad y el acceso al poder que les tocaba por derecho de ser cubanos», mientras «hacía discursos en Harlem, el barrio negro de Estados Unidos y reclamaba a grito pelado la libertad de Angela Davis, luego la de Nelson Mandela».

El misógino. «Tuvo infinidad de amantes, empezando por la heroína de la revolución Celia Sánchez Manduley, pero también aquella espía alemana, Marita Lorenz, a la que no dudó en anestesiar, en hacerla abortar, sin el consentimiento de la mujer», se explica en el informe. «Naty Revuelta, la amante que sacrificó su cómodo estatus burgués, abandonó al marido y a la hija de su primer matrimonio para parirle al guerrillero, quien fue más la madre de Alina Fernández —que no lleva el apellido Castro— que la mujer del dictador», se recuerda en el texto de la Fundación Disenso sobre Fidel Castro. «La madre de sus otros tres hijos varones, Dalia Soto del Valle, una mujer silenciada; se dejó ver excepcionalmente en público cuando el niño Elián González regresó a Cuba, apareció en dos o tres ocasiones en medio de las manifestaciones favorables a su marido y de los discursos», se apunta.

El ególatra. En un apartado del informe, se recuerda que «además se autonombró Alejandro, como Alejandro Magno». En el mismo texto, Valdés destaca que «desde que apareció Fidel Castro en el panorama cubano su mayor empeño fue inocular mediante su carisma de hechicero en la psicología del cubano el veneno del que pocos se recuperan: el del totalitarismo».

El manipulador. En el texto, se apunta «el don de manipular y de embaucar a quienes lo rodeaban». En un ejemplo, se relata cuando se destaca que «es falso que los más grandes hospitales cubanos los creó Castro, sino que todos fueron construidos por Fulgencio Batista, y lo mismo con las escuelas, los centros educacionales y sanitarios, que eran inmejorables».

El clasista. Fidel Castro es lo que «andaba buscando la burguesía cubana, y los sectores racistas de la sociedad habanera para impedir que el ‘negrito’ siguiera gobernando», se explica en el texto en referencia a Fulgencio Batista. Un ejemplo claro es que, aun siendo presidente, Batista no podía entrar en el Havana Yacht Club y entregar los premios deportivos de las regatas, debido a unas reglas impuestas por la burguesía cubana amiga de Castro.

Fidel Castro Fundación Disenso
Informe sobre Cuba de la Fundación Disenso

El cruel. Castro, según se relata en el informe, «secuestra a su propio hijo, Fidelito, el que tuvo con su primera esposa Mirta Díaz-Balart». En otro ejemplo, se destaca que esto explica su obsesión con Elián González, el niño balsero, al amenazar a los opositores con quitarles a sus hijos. En el texto, también se recuerda que 14.000 niños cubanos salieron de Cuba sin sus padres, hacia Estados Unidos, conducidos por organizaciones caritativas que los recogieron en refugios, monasterios, conventos. «Muchos de esos niños no vieron a sus progenitores hasta 30 años después. Se llamó la Operación Peter Pan», se apunta.

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