Elián González dice adiós al dictador Castro «enormemente orgulloso» de su legado revolucionario
No sólo mandatarios internacionales y líderes comunistas de la dictadura cubana, también los pequeños héroes fabricados por Fidel Castro han ido a despedirse del dictador. Elián González, el conocido como niño balsero, ha acudido este martes a la Plaza de la Revolución para despedirse de Fidel Castro, de quien ha dicho sentirse «enormemente orgulloso» por el legado revolucionario que ha dejado al pueblo cubano tras su muerte.
«Enormemente orgulloso», ha contestado González, interrogado por ‘Cubadebate’ sobre sus sentimientos a la salida del Memorial José Martí, donde se ha instalado una sala con un retrato y las condecoraciones militares de Castro para que los cubanos puedan darle su último adiós.
González, quien estos días ha afirmado que «Fidel estará siempre», ha señalado que «su legado es precisamente todo este pueblo desfilando». «Hay que ver a Fidel en cada joven, en cada cubano, en cada obra de la Revolución», ha defendido.
«Para todo el que tenga la poca dignidad de denigrar su nombre la respuesta es esta: el pueblo que llora la pérdida de su padre, de quien les dio amor y ahora vienen ellos a darle ese amor de regreso», ha espetado.
González provocó una nueva crisis entre Estados Unidos y Cuba en el año 2000 cuando la balsa en la que viajaba junto a su madre y otros cubanos cuando tenía seis años naufragó. Su madre murió y él fue trasladado a Florida, por lo que Castro inició una campaña para que fuera devuelto a Cuba, donde vivía su padre. Finalmente, en una operación militar de asalto a la vivienda de los familiares de Elián en Miami, el pequeño fue arrancado de su familia en Estados Unidos y repatriado a la isla.
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