Singapur afronta nuevas elecciones sin cambios a la vista

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El primer ministro de Singapur Lee Hsien durante un mitin en campaña electoral (Foto: Reuters)
Juanan Jiménez
  • Juanan Jiménez
  • Responsable de la mesa de coordinación. Especializado en información nacional e internacional, breaking news, periodismo de datos y visualización, también escribo sobre motor y tecnología.

Los habitantes de Singapur afrontan hoy unas elecciones importantes para el futuro de la ciudad-Estado del Sudeste Asiático. El primer ministro, Lee Hsien Loong, hijo del padre fundador de uno de los estados más prósperos de Asia – tiene una renta per cápita de 57.932 dólares, según datos del Banco Mundial- llega a los comicios en uno de los momentos más bajos de su mandato. La sombra de la corrupción se cierne de nuevo sobre el líder del Partido de Acción Popular (PAP), gracias a la denuncia de varios bloggeros a los que ha intentado silenciar. Todos los analistas apuntan a una nueva victoria del PAP, sin embargo, como sucediera en 2011, los apoyos al partido dominante durante décadas decrecerán y deberá compartir más escaños con los partidos opositores.

Hace 50 años, Lee Kuan Yew, padre del actual primer ministro y que falleció el pasado mes de marzo, se convirtió en el padre fundador del que más tarde sería uno de los más prósperos micro estados del Sudeste Asiático. La prosperidad en lo económico siempre chocó con la opacidad del Gobierno y su intento de silenciar cualquier voz altisonante que pusiera en duda la gestión del mismo. Los 2,46 millones de singapurenses que acuden hoy a votar, de manera obligatoria, por cierto, tienen en sus manos el sacudir nuevamente la comodidad de Lee Hsien y la esperanza de que la sociedad en la que viven adquiera nuevas cuotas de libertad.

El monopolio del PAP en los últimos años ha alcanzado sus cuotas más bajas. Desde 1968 hasta 1980, la totalidad del parlamento singapurense estaba compuesto por miembros del partido en el poder. Fue a partir de los años 90 cuando comenzó la pérdida de poder del PAP. En 2011, el partido de Lee Hsien sufrió un batacazo espectacular, alcanzando sólo el 93% de los escaños de la cámara. Pese a seguir siendo mayoría en el parlamento, un parte de la sociedad de Singapur aboga por una mayor presencia de fuerzas opositoras que puedan alzar la voz y fiscalizar las decisiones del Gobierno.

Blogeros frente a medios controlados

Gran parte de la culpa de la pérdida de credibilidad de Lee Hsien Loon la tienen varios activistas que han usado internet como medio para lanzar preguntas que la sociedad singapurense debería plantearse. Roy Ngerng es un ejemplo. Este trabajador social metido a blogero ha denunciado la opacidad del Gobierno de Singapur en la gestión de las pensiones de los habitantes de la ciudad-estado.

Ngerng denunció la falta de transparencia a la hora de publicar las cuentas del enorme fondo de pensiones gestionado por el gobierno. El valor de las pensiones recibidas por los singapurenses al finalizar su edad laboral no se correspondía con lo aportado, y más teniendo en cuenta lo saneado de la economía del Tigre asiático. Cuando se han pedido explicaciones la respuesta ha llegado en forma de denuncia ante los tribunales. De hecho, Ngerng, como otras voces opositoras a los miembros de la dinastía Lee, fue condenado a pagar 400.000 dólares de Singapur (unos 250.000 euros) al primer ministro por difamación. Según varios economistas expertos en fondos, miles de millones de euros habrían desaparecido del jugoso fondo para pagar el retiro a los trabajadores de Singapur.

 

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