«El puente de Londres ha caído»: así será la ‘Operación London Bridge’
La monarquía británica no ha dejado nada al azar y quizás por eso es una de las más antiguas del mundo. Con la muerte de Isabel II, ha comenzado la operación London Bridge, nombrada así por las palabras que el secretario personal de la Reina pronuncia a la primera ministra británica, Liz Truss, por teléfono: «El puente de Londres ha caído». De esa manera, se pone en marcha todo un operativo ya previsto por protocolo.
Inmediatamente, la primera ministra comparte la noticia con los miembros de la Cámara con una frase también ya escrita: «Acabamos de ser informados de la muerte de Su Majestad la Reina. Se ruega discreción». Al mismo tiempo, todas las banderas de Whitehall -la zona del Parlamento británico- quedan a media asta, confirmando de esta manera la noticia a los ciudadanos que la conocen de forma oficial a través de una notificación emitida directamente por la Casa Real. También se anuncia un minuto de silencio en toda la nación y se disparan salvas de honor desde diversas ubicaciones.
Las redes sociales tienen prohibido retuitear nada en cuentas oficiales, e incluso incluir mensajes considerados no urgentes. Todos los perfiles en Twitter o Facebook del Gobierno tendrían que lucir de negro, así como la web oficial de la familia real británica.
Carlos de Inglaterra, primero en la sucesión al trono, se tiene que dirigir a la nación y sería proclamado soberano oficialmente a las 10:00 horas del día después del fallecimiento. Además, durante los 10 días de luto tiene que realizar una gira por todo Reino Unido, comenzando en Escocia y finalizando en Gales.
Tras los diez días de luto oficial, comenzará la operación para entronizar a Carlos de Inglaterra, su heredero, un protocolo titulado Golden Orb. El protocolo contempla que la operación «el puente de Londres ha caído» inicie los diez días de luto que se cerrarán con los funerales de Estado.
Dos días después del fallecimiento de la reina Isabel II, el ataúd con su cuerpo tiene que regresar al palacio de Buckingham, y en el quinto día saldría en procesión hasta el palacio de Westminster, donde permanecerá hasta el octavo día en un féretro abierto al público durante 23 horas al día.
El décimo día se declarará jornada festiva en la que toda la ciudadanía se volcará con el funeral de Estado, que se celebrará con un acto religioso en la Abadía de Westminster. La monarca tiene que ser enterrada en la capilla conmemorativa del rey Jorge VI del Castillo de Windsor, junto a su esposo, el duque de Edimburgo.
Al día siguiente, podría ya ser entronizado Carlos de Inglaterra, aunque eso no ocurrirá, previsiblemente, sino que se hará unos meses después. Todos estos detalles se conocieron hace un par de años cuando la soberana todavía gozaba de buena salud y la noticia no le hizo gracia.
La operación Golden Orb hace referencia sólo a la subida al trono de Carlos de Inglaterra que lo hará acompañado de su segunda esposa, Camilla. La ceremonia será mucho más sencilla que la que coronó a su madre en junio de 1953, con 8.000 invitados y 40.000 soldados, en la abadía de Westminster. En aquella ocasión hubo dos mil invitados y en esta serán muchos menos. Igualmente, el protocolo manda y Carlos, de 73 años, y Camila vestirán corona y la tradicional capa de armiño sobre los hombros.
Según los detalles adelantados ya por el Mail on Sunday, está previsto que Carlos y su esposa se sienten juntos. La imagen será mucho más moderna que la que ofreció el duque de Edimburgo, arrodillado ante su esposa cuando accedió al trono. La corona que lucirá Camilla, actual duquesa de Cornualles, será la de la reina madre, con 2.800 diamantes y el famoso diamante Koh-i-Noor de 105 quilates, original de la India. Esta corona, lucida por el rey Jorge VI (padre de Isabel II) en su coronación en 1937, fue un regalo del sultán de Turquía a la reina Victoria en 1856 como gratitud por el apoyo británico en la guerra de Crimea.