Reina Isabel II

Así es la dieta de la longevidad: esto es lo que la Reina Isabel comía todos los días

Reina Isabel II
Reina Isabel II
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La Reina Isabel II de Reino Unido falleció el pasado 8 de septiembre en el Castillo de Balmoral a los 96 años de edad. Fue la monarca británica que más tiempo ocupó el trono en la historia de Reino Unido. El reinado ha durado 70 años: desde el 6 de febrero de 1952 hasta el 8 de septiembre de 2022. Durante este tiempo, visitó más de 100 países y participó en más de 21.000 compromisos oficiales.

La ‘salud de hierro’ de la que gozaba la Reina Isabel II se debía a dos factores: adoraba pasar tiempo al aire libre, especialmente paseando a sus corgis y montando a caballo. Además, llevaba una dieta saludable y equilibrada, en la que evitaba en la medida de lo posible la ingesta de hidratos de carbono.

¿Qué comía la Reina Isabel II?

El antiguo cocinero real, Darren McGrady, compartió con la revista ‘Hello!’ algunos de los hábitos alimentarios de la monarca.

Hay quienes dicen que el desayuno es la comida más importante del día, y la Reina Isabel II se lo tomaba al pie de la letra, hasta el punto de que desayunaba dos veces. Comenzaba el día con un desayuno ligero, compuesto por un té Earl Grey, sin leche ni azúcar, y unas galletas.

El segundo desayuno era algo más consistente, y disfrutaba de él en su comedor privado en el Palacio de Buckingham. Estaba formado por cereales, tostadas con mermelada y yogur. Además, de vez en cuando tenía caprichos muy curiosos, como los arenques y ahumados.

Para el almuerzo, la monarca del Reino Unido no era demasiado exigente en lo que respecta al menú. Darren McGrady explicó que no le gustaba tomar alimentos con almidón cuando comía sola, como la pasta o las patatas. Le gustaban mucho los platos de pescado con verduras.

Como resulta lógico, la Reina Isabel II nunca se saltaba la «hora del té». Acompañaba esta bebida de algún dulce, como tarta de galletas, de chocolate o de jengibre. A veces, también apostaba por aperitivos salados, como un sandwich de pepino con salmón ahumado y huevo.

A la monarca le encantaba cenar un solomillo de venado con champiñones en salsa de whisky para cenar. Como entrante, solía tomar gleneagles con trucha, salmón ahumado o caballa. A pesar de que que la cena debe ser ligera, la Reina Isabel II no hacía demasiado caso a esta recomendación.

En todas sus comidas le gustaba usar productos autóctonos de sus estados: melocotones del Castillo de Windsor, fresas del Castillo de Balmoral… Su alimento favorito era el chocolate, y solía tomarlo en cualquiera de sus formas antes de irse a dormir.

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