Cómo preparar una ducha relajante
Una ducha relajante puede ser lo mejor al volver del trabajo o también para empezar el día.
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![ducha relajante](https://okdiario.com/img/2019/01/09/como-preparar-una-ducha-relajante-655x368.jpg)
¿Quién dijo que solo el baño puede ser algo relajante que nos ayude a alejar las tensiones del día? ¿Quién dijo que la ducha solo debe ser rápida y utilitaria? Veamos a continuación, paso a paso, cómo preparar una ducha relajante.
El placer y la relajación pueden ser fácilmente recreados por uno mismo, en el hogar, con pequeños gestos, hábitos e incluso productos de bajo costo, aplicados también como no, en la ducha, que aunque suele estar considerada como algo para lavarse rápidamente, también puede ser un momento de placer, para uno mismo y para cuidar el cuerpo. Así que dejemos de lado la idea de que la ducha es solo una forma útil de perseguir y mantener el ritmo agitado de la vida y descubrir cómo hacer que sea una ducha perfecta con estos consejos para preparar una ducha relajante.
Consejos para preparar una ducha relajante
- Comienza a crear el ambiente encendiendo unas velas perfumadas, eligiendo las esencias que más relajen y que más te gusten de modo que al entrar al baño ya tendrás una percepción diferente y esta misma fragancia, se pegará a tu cuerpo cuando salgas de la ducha.
- También puedes intensificar los aromas, colocando gotas de esencia de hinojo o jengibre sobre la toalla (10 son suficientes), con 1 gramo de aceite de oliva, para diluirlo un poco: esto te ayudará a recuperar tus fuerza si estás agotado ya reactivar la circulación cuando te seques.
- Otra idea para preparar una ducha relajante es que eches por el suelo del baño algunas gotas de esencias que sean relajantes como la salvia o la lavanda.
- También puedes verter unas gotas de ese aceite en tus manos, frotarlas y luego acercarlas a la nariz y respirar el efluvio durante unos segundos, para intensificar su potencial y relajar la mente aún más.
- Por otro lado, si quieres mejorar el estado de ánimo, mejor elige el aceite de limón y pomelo antes, durante y después de la ducha.
- Si puedes, apaga todas las luces artificiales y deja solo la luz natural que entra por la ventana y la de las velas ; luego enciende tu música suave o relajante favorita.
- Ahora que ya lo tienes todo listo puedes abrir el agua de la ducha, entrar en ella y comenzar a ducharte. Comienza con agua fresca o fría y desde los pies, sube hasta la cintura, luego sube hasta los senos y luego resiste unos segundos tomando una ducha fría: es ideal para tonificar y reactivar la circulación.
- Lentamente, lleva el agua a una temperatura cálida (no caliente porque relaja demasiado la piel) y, con un guante de nailon, frota todo el cuerpo para hacer un lavado exfoliante y eliminar las células muertas. Luego, procede a lavar el cuerpo con productos adecuados para tu piel, tus necesidades y tu gusto. No uses jabones demasiado agresivos, es decir, los que hacen mucha espuma, y continúa utilizando el agua tibia hasta el final de la ducha.
- También debes sentir la caída de agua en los hombros, la espalda y los brazos ( efecto cascada ) para relajar los músculos, las articulaciones y liberar las tensiones: al mismo tiempo, intenta también cerrar los ojos, respirar profundamente y dejar llevar la mente (piensa en un lugar exótico o en las montañas, por ejemplo).
- Permítete por lo menos 6-8 minutos para ducharte y luego, cuando salgas, frota el cuerpo con una toalla suave. Mejor si previamente has calentado la toalla en el calentador.
- Si la ducha es una tarea matinal para comenzar el día, sigue los mismos consejos descritos anteriormente, pero apuesta por los aromas y aceites como el limón y la menta para despertar el cerebro y todas las energías el cuerpo; Elige música divertida que puedas cantar y que te ponga de buen humor; toma una ducha fresca (la ducha caliente aumenta el sueño) o, mejor aún, alterna el agua fría y tibia para activar el flujo cerebral y sanguíneo del cuerpo (ducha escocesa).
- Cuando salgas de la ducha , en ambos casos, espera unos minutos más: con la piel aún húmeda, extiende tu crema o aceite corporal para que la humedad se retenga y la piel permanezca perfectamente hidratada.
Con todos estos pasos descritos, verás cómo tomar una ducha se convertirá en una experiencia nueva y totalmente inesperada.
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