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Enredadera: cómo cuidarlas y tipos

Enredadera: cómo cuidarlas y tipos
Enredadera: cómo cuidarlas y tipos

Las enredaderas son algunas de las plantas más comunes que tenemos en casa, ya sea por haberlas incorporado nosotros mismos, o porque estaban allí desde el momento en que nos mudamos. Cualquiera que fuera el caso, es indudable que se trata de una especie realmente muy duradera, y que a la mayoría de la gente les agrada. Cómo cuidar la enredadera.

Esto no significa que puedan sobrevivir en cualquier circunstancia, sino que debemos darle una mano de vez en cuando para asegurarnos de que se mantenga en buenas condiciones. Incluso, basta informarse un poco para descubrir que requieren de más cuidados de los que solemos pensar, así que vamos a analizarlos en detalle.

Cómo cuidar la enredadera

Si encuentras la planta en sus primeros meses de vida, o desarrollándose todavía, debes intentar alterar su crecimiento hacia donde quieras colocarla para que ocupe los espacios preparados para ello. Impide que tapen puertas o ventanas, o que se acerquen demasiado a ellas, o las dañarán. Lamentablemente, en ese caso tendrás que cortarlas y eso puede afectarlas.

Durante el invierno, sobre todo en zonas ventosas, sujétala a los muros para que no se desprenda, y siempre que las temperaturas sean demasiado bajas, es importante cubrirla un poco.

Muy por el contrario, en verano notarás que naturalmente se dirige hacia el sol, así que debes revisar que no acabe quemándose. Para hacerlo, riégala por la mañana, de modo que soporte mejor el calor del resto del día.

La enredadera se puede utilizar también para embellecer una valla de metal, madera, hormigón, que actúe como un soporte. Además, según la especie a la que pertenezca, la enredadera puede crecer con formas determinadas o algunas especies de enredaderas o trepadoras (glicinas, loniceras y otras) viven durante un largo tiempo, mientras que otras agotan su ciclo de vida en una sola temporada.

Para plantarlas, coge la planta recién comprada, limpias cuidadosamente las raíces y la sumerges durante unos minutos en una mezcla de agua (no fría, pero a temperatura ambiente), un poco de tierra y estiércol. Las raíces se unen para que tengan más o menos la misma longitud y se puedan plantar en la excavación.

Con una pala debemos hacer un hoyo que sea tan hondo como la altura de las raíces, a continuación, enterrar las raíces de la enredadera teniendo cuidado con el collar.

Para cuidarlas, lo primero de todo es fertilizar 1 o 2 veces al año con fertilizantes complejos que contienen nitrógeno, fósforo y potasio; las plantas adultas y sanas requieren fertilizantes basados en fósforo una vez al año.

Si tu enredadera necesita un soporte, es mejor comenzar a guiar la planta desde el primer año en la dirección y forma deseada. No envolvemos las ramas principales porque con el tiempo puedes doblarlas.

Las enredaderas deben regarse abundantemente durante la primavera-verano, y más si están creciendo pegadas a una pared y les da el sol todos los días. En invierno no será necesario regarlas demasiado.

¿Qué clases de enredaderas hay?

Hay numerosos tipos de enredaderas. Las siguientes son algunas de las más extendidas:

  • Hiedra: contemplando a su vez diversas variedades internas, destaca por ser perenne, leñosa y trepadora como otras pocas. Es sumamente resistente, y se expanden en interiores y exteriores.
  • Jazmín trepador: los amantes de estas flores no deben perderse las que ocupan paredes, que ilumina los muros de las viviendas, por no hablar de su exquisito aroma.
  • Pasionaria o flor de la pasión: sus flores son absolutamente llamativas, y muy originales, mostrándose desde los rojos hasta los violetas. Pueden llegar a los diez metros, y aman el clima cálido.

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