¿Sabrías decir cuál es el primer selfie de la historia?

Desde que los teléfonos móviles se volvieron parte esencial de nuestra vida, tomar selfies se ha convertido en algo común y cotidiano. Todos hemos sacado alguna vez nuestro teléfono, hemos estirado el brazo y hemos capturado un autorretrato en el que compartimos nuestro estado de ánimo, nuestra ubicación o simplemente nuestra sonrisa. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuál fue el primer selfie de la historia?

Principios del siglo XIX

Para responder a esta pregunta, debemos remontarnos al año 1839, cuando la fotografía todavía estaba en pañales. Robert Cornelius, un químico e inventor estadounidense, fue el responsable de capturar el primer autorretrato conocido en la historia de la fotografía.

En aquellos días, lograr una fotografía era un proceso complejo y lento. La exposición requería varios minutos, por lo que era necesario permanecer inmóvil durante todo ese tiempo. Para tomar su selfie, Cornelius tuvo que correr desde la lente de la cámara hasta su posición y mantenerse quieto durante aproximadamente un minuto antes de regresar a cerrar la obturación. El resultado fue una imagen en blanco y negro que mostraba su rostro serio y concentrado.

Aunque este primer selfie no fue tan espontáneo como los que estamos acostumbrados a ver hoy en día, sentó las bases para lo que se convertiría en una tendencia mundial. A partir de ese momento, la fotografía se convirtió en una forma de expresión personal y la capacidad de capturar nuestra propia imagen se volvió más accesible con la evolución de la tecnología.

Evolución del término y de la técnica

Sin embargo, el término «selfie» no se popularizó hasta mucho tiempo después. Fue en 2002 cuando el fotógrafo australiano Nathan Hope utilizó por primera vez la palabra «selfie» en un foro de internet para describir una fotografía que se había tomado a sí mismo después de sufrir una lesión en el labio. A partir de ese momento, el término se extendió rápidamente y se hizo popular en todo el mundo.

A medida que la tecnología avanzaba, los autorretratos se volvieron cada vez más fáciles de tomar. Con la llegada de las cámaras frontales en los teléfonos inteligentes, el acto de tomar selfies se simplificó aún más. Las redes sociales como Instagram y Snapchat también jugaron un papel importante en la popularización de esta práctica, ya que permitieron a las personas compartir sus selfies con el mundo de una manera rápida y sencilla.

Críticas y ventajas

Pero, más allá de su popularidad, los selfies también han generado cierta polémica. Algunos críticos argumentan que esta práctica fomenta el narcisismo y la obsesión por la apariencia física. Otros señalan que los selfies pueden ser peligrosos en ciertas situaciones, como cuando se toman mientras se conduce o en lugares peligrosos.

A pesar de las críticas, los selfies han demostrado ser una poderosa herramienta de expresión personal. Muchas personas los utilizan para documentar momentos importantes de su vida, para conectarse con sus amigos y seres queridos, o simplemente para mostrar su creatividad a través de diferentes filtros y efectos.

Los selfies se han vuelto populares gracias a la evolución tecnológica y a las redes sociales, y aunque han generado cierta controversia, no se puede negar su impacto en nuestra cultura visual. Así que la próxima vez que tomes un selfie, recuerda que estás siendo parte de una larga historia de autorretratos.