¿Quién y dónde se inventó el yoyó?
Hace unos días hablábamos de la historia del juguete más vendido del mundo, el Cubo de Rubik. Un artículo que ha conseguido conquistar a muchas familias y que se creó en los años 70. Hoy vamos a indagar en la historia de uno de los juguetes más antiguos que se conocen, el popular yoyó, del que se tiene constancia desde hace miles de años.
Aunque los orígenes del yoyó no están claros y son muchas las culturas las que se atribuyen su creación, ya en la época clásica de Grecia encontramos copas de origen ateniense donde se puede apreciar a mujeres y niños jugando con una especie de círculo que se sujeta con un hilo. Estos podrían ser los orígenes del yoyó.
Orígenes asiáticos
Muchos historiadores que se han centrado en la tradición del yoyó, indican que su aparición pudo estar sobre el años 1.000 a.C. en China. Aunque no existen datos que lo sostengan, está teoría se basa en la extensión en el país de otro elemento de juguete parecido: el diávolo.
A pesar de esto, hay constancia de que cazadores filipinos usaban una especie de yoyó para la caza en el siglo XVI, pero no podría considerarse como un juguete propiamente dicho. Aún así, la palabra yoyó proviene de la lengua filipina, el tagalo, y significa «viene-viene».
En este sentido, las primeras pruebas en Europa que se tienen de un sistema de juego parecido es durante la Revolución Francesa. Los emigrantes lo llamaban ‘joujou de Normandie’ y una pintura de 1789 realizada por Madame Lebrun, presenta ya a Luis XVII, con 4 años, jugando con un yoyó.
Desde este momento se tiene constancia de que mandatarios como Napoleón, y su ejército, eran aficionados al yoyó y a pasearlo en batallas como la de Waterloo.
La patente
La gran evidencia del salto del yoyo a nivel mundial llegó con la inscripción de una patente registrada en el año 1866 en Estados Unidos donde por primera vez el juguete cruzó el charco para llegar hasta tierras americanas.
No fue hasta 1920 cuando la explosión del yoyó llegó a Estados Unidos. Esto fue gracias al empresario filipino Pedro Flores que introdujo en el mercado norteamericano un juguete de madera con contenía una variación a los conocidos hasta el momento: la cuerda no estaba atada de forma fija al eje, tenía una lazada a su alrededor.
A partir de este momento, se desarrolló el yoyó moderno que hoy conocemos gracias al empresario Donald Duncan que compró la fábrica a Pedro Flores y comenzó a lanzarlo al mercado como un juguete para toda la familia.
A Duncan se le atribuye el registro de marca y se celebra el 6 de junio, el día del nacimiento de Duncan, como el Día Mundial del Yoyó.
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