Ni volcanes ni epidemias: investigadores descubren por fin las causas reales de la caída del Imperio Romano
El misterio que rodea al colapso del Imperio romano de Oriente ha sido objeto de intensos debates durante siglos. Tradicionalmente, se han barajado factores como invasiones bárbaras, corrupción interna y conflictos políticos.
Sin embargo, en las últimas décadas, teorías que apuntaban a cambios climáticos drásticos y epidemias devastadoras ganaron popularidad. Ahora, un nuevo estudio desafía estas interpretaciones, proponiendo una visión renovada sobre los verdaderos motivos que llevaron a la caída de este poderoso imperio.
Éstas son las causas de la caída del Imperio romano de Oriente
Un equipo de investigadores liderado por Haggai Olshanetsky y Lev Cosijns ha puesto en tela de juicio las teorías predominantes, basándose en un exhaustivo análisis de datos arqueológicos y textuales de la región mediterránea tal y como informa el medio MuyInteresante.
Su investigación sugiere que el declive del imperio no fue consecuencia de catástrofes naturales, sino de una combinación de factores políticos y militares. Este estudio desmonta las teorías populares del cambio climático y la peste de Justiniano.
La teoría del cambio climático sobre la caída del Imperio romano
La teoría del cambio climático, basada en la llamada «Pequeña edad de hielo de la antigüedad tardía» (LALIA), propone que las erupciones volcánicas del año 536 d.C. provocaron un enfriamiento global que afectó la producción agrícola y desestabilizó la economía del imperio.
No obstante, el estudio de Olshanetsky y Cosijns revela que este enfriamiento tuvo un impacto desigual y limitado geográficamente. En áreas como Egipto y Judea/Palestina, la caída de temperaturas fue mínima (apenas 0,25 °C), lo que no justifica los graves estragos atribuidos a este fenómeno.
Además, las fuentes literarias de la época no reflejan crisis prolongadas, sino efectos a corto plazo en la producción agrícola, incluso en las regiones más afectadas.
Esto es lo que dice la teoría de la peste de Justiniano sobre la caída del Imperio romano
La peste de Justiniano, según otra teoría popular, era la culpable de la reducción drástica de la población y de debilitar las estructuras militares y económicas del imperio.
Aunque existen pruebas genéticas de la bacteria Yersinia pestis en restos arqueológicos, no hay evidencia suficiente para afirmar que la epidemia tuvo un impacto catastrófico. De hecho, la continuidad en los patrones de comercio y asentamientos durante y después de la peste sugiere una notable resiliencia de las estructuras socioeconómicas del imperio.
Contrariamente a las teorías que postulan una decadencia demográfica, el análisis arqueológico de los investigadores muestra una continuidad en la actividad económica y en los asentamientos a lo largo del siglo VI. Por otra parte, sitios como el desierto del Nábata, Jerusalén y Escitópolis exhiben una actividad constante hasta el siglo VII.
Así es la teoría de los expertos: los motivos de la decadencia del Imperio romano
El trabajo de Olshanetsky y Cosijns pone de manifiesto que el declive del Imperio romano de Oriente fue, en gran medida, resultado de conflictos bélicos y tensiones políticas.
El abandono de montículos de basura en Elusa y otras localidades, por ejemplo, se relaciona con conflictos bélicos y no con desastres naturales o plagas. En este sentido, las guerras entre romanos y persas, junto con las conquistas árabes, son factores clave que explican la desestabilización y el declive del imperio.