Historia

Margot Wölk, la mujer que se jugaba la vida por Hitler

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Hitler y Margot Wölk

Desde tiempos antiguos existió una figura para cada uno de los reyes, emperadores y faraones que desempeñaba una labor nada lustrosa y con altas dosis de peligrosidad. Hitler no fue ajeno a esto, y tenía contratada a una mujer para que probara su comida antes de que él diera ningún bocado.

Esta mujer fue Margot Wölk, que se convirtió en la única mujer que desempeñó este papel durante la Segunda Guerra Mundial, y pudo contarlo.

Comida de muerte

Margot Wölk rompió su silencio en pleno siglo XXI cuando decidió hablar para el periódico alemán Der Spiegel sobre su caso y sobre la época más dura de su vida.

Con 22 años, la guerra comenzó en Europa, y Wölk rechazó unirse a la Liga de las Muchachas Alemanas, algo así como la Juventudes Hitlerianas para mujeres.

Fue en 1942 cuando el alcalde de la localidad en la que vivía, Gross-Partsch, comenzó a reclutar mujeres para trabajar al servicio de Hitler. Wölk, a pesar de mostrarse en contra, no pudo negarse ya que esto le supondría la muerte.

Junto a otras 14 mujeres, fueron conducidas a un barracón cercano a la casa militar de Hitler donde los cocineros del Führer preparaban a diario la comida. Su misión era sencilla y arriesgada a la vez: probar la comida de Hitler y certificar que no estuviera envenenada.

Buena comida

Los rumores de un posible complot contra Hitler se sucedieron durante toda la Segunda Guerra Mundial, así que la labor de estas probadoras de comida resultó ser impagable para el Führer.

Cada día, los cocineros llenaban la mesa de todo tipo de comidas, menos carne y pescado, ya que Hitler ya era vegetariano, y ellas debían probar cada una de ellas.

«La comida era buena, muy buena, pero nosotros no podíamos disfrutarla» comentó en su entrevista Wölk. Pasada una hora después de la prueba, la comida se servía para Hitler, libre de cualquier intento de envenenamiento.

Peores años y escape

Cuando fracasó la conocida Operación Valquiria para matar a Adolf Hitler, las medidas de seguridad se recrudecieron en el cuartel general del dicatdor. Las 15 mujeres que probaban la comida ya no podían vivir con sus familias y pasaron a ser personal fijo de la ‘Guarida del Lobo’.

Allí estas mujeres sufrieron auténticas calamidades, «nos trataron como animales», aseguró Margot Wölk, y es que también denunció que hasta fue violada en una ocasión por un oficial de la SS.

Fue cuando el Ejército Soviético se acercó al búnker de Hitler y sus oficiales, cuando Margot Wölk salvó la vida. Curiosamente otro oficial de las SS le salvó la vida, la ayudo a escapar y pudo llegar a hasta Berlín a salvo.

No corrieron la misma suerte sus 14 compañeras que, según este mismo oficial que salvó a Wölk, todas acabaron asesinadas por los soviéticos.

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