Estupefacción en Segovia por el hallazgo de la primera huella dactilar del mundo: tiene 43.000 años y es Neandertal

Una pieza arqueológica descubierta en las inmediaciones de Segovia fue objeto de análisis científicos que la han situado en un periodo clave de la España prehistórica. Se trataría de la huella dactilar más antigua del mundo, con una antigüedad de 43.000 años.
La investigación multidisciplinar le sacó el sueño a los investigadores por sus implicaciones en la evolución cultural de los neandertales y situó desde luego a España en el centro del debate científico internacional.
¿En qué parte de Segovia se encontró la huella dactilar más antigua del mundo?
En el paraje conocido como Abrigo de San Lázaro, próximo a la ciudad de Segovia, se recuperó un canto rodado de granito con un punto de ocre que, tras exhaustivos análisis, reveló contener la que ya ha sido calificada como la huella dactilar más antigua del mundo.
La impresión corresponde a la yema de un dedo, posiblemente un pulgar o un índice, de un individuo neandertal que vivió hace aproximadamente 43.000 años.
El hallazgo, que se encuentra detallado un artículo de la revista Springer Nature, fue realizado en el marco del proyecto Primeros Pobladores de Segovia, activo desde 2012, y coordinado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC). Esta campaña arqueológica se centra en los yacimientos de San Lázaro y el Abrigo del Molino.
Desde su descubrimiento, la pieza fue sometida a un proceso de verificación mediante técnicas de última generación, incluyendo microscopía electrónica de barrido (SEM) y espectroscopía multiespectral.
Estos métodos permitieron distinguir con claridad la estructura de la impresión y descartar la posibilidad de que fuera una marca casual o el resultado de procesos geológicos.
¿Cómo saben que esta huella es de hace 43.000 años?
La datación del sedimento en el que se encontró el canto sitúa su origen en el Paleolítico Medio, un momento cercano a la desaparición de los neandertales en la península Ibérica.
A diferencia de otros artefactos prehistóricos, el objeto no presenta señales de desgaste ni marcas de talla, lo que respalda la hipótesis de que su función no era utilitaria.
El análisis químico confirmó que el ocre fue aplicado intencionadamente, y no es producto del contacto fortuito con materiales naturales. Cabe remarcar que el granito, un material no poroso, no habría retenido el pigmento si no hubiera sido manipulado directamente.
En este marco, la participación de la Policía Científica, especializada en identificación dactilar, fue decisiva. Se compararon los patrones de crestas y surcos con referencias actuales, descartando que la marca correspondiera a otro tipo de rastro. La conclusión fue clara: se trata de una huella humana.
¿Por qué el hallazgo de esta huella dactilar en Segovia es tan importante?
Hasta ahora, las capacidades simbólicas de los neandertales eran motivo de debate. Las evidencias de arte rupestre o de uso de pigmentos en cuevas como la de Ardales (Málaga) no siempre se consideraban pruebas concluyentes.
Este hallazgo introduce un objeto simbólico como prueba material de pensamiento abstracto. La hipótesis de los investigadores sugiere que el canto rodado pudo ser utilizado como marcador territorial, amuleto o elemento ritual.
Desde el punto de vista patrimonial, el descubrimiento tiene implicaciones relevantes para la región. Castilla y León, y concretamente Segovia, pasan a ocupar un lugar relevante en el mapa de la arqueología europea.
El proyecto contó con la colaboración de varias instituciones académicas y científicas, entre ellas:
- Universidad Complutense de Madrid (UCM).
- Universidad de Salamanca (USAL).
- Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC).
- Policía Científica (Comisaría General de Policía Científica).
Además de contribuir al análisis técnico del hallazgo, el CSIC financió la publicación del estudio en Archaeological and Anthropological Sciences, bajo políticas de acceso abierto, permitiendo su consulta pública sin restricciones.