El regreso de los neandertales: nuevas evidencias de su ADN en la actualidad

Los neandertales se consideran los parientes más cercanos del homo sapiens sapiens. Hasta hace poco se pensaba que habían desaparecido del registro fósil hace más de 30.000 años. Sin embargo, hay nuevas investigaciones en las que se señala que no se extinguieron por completo, sino que fueron asimilados por los humanos modernos. ¿Cómo era el ADN de aquellos primitivos y cómo nos afecta en la actualidad?

La revelación de que humanos modernos y neandertales se cruzaron ha abierto nuevas perspectivas en la comprensión de nuestra historia genética. Se ha comprobado que el legado neandertal dejó una marca indeleble en aspectos como los ritmos circadianos, la inmunidad y la percepción del dolor.

El regreso de los neandertales

Uno de los debates más intensos en la antropología gira en torno a qué tan cerca estamos los humanos modernos de los neandertales. Algunos estudios recientes han mostrado que los primeros sapiens ya tenían ADN neandertal.

Ludovic Slimak, arqueólogo especializado en neandertales, afirma que la evidencia genética confirma la existencia de un claro parentesco evolutivo. Sin embargo, este vínculo no fue simétrico: los sapiens heredaron más material genético de los neandertales, pero se ha encontrado escaso rastro de ADN sapiens en restos de neandertales.

Slimak también ha criticado las ideas erróneas que siguen manteniéndose sobre los neandertales. Durante mucho tiempo se les consideró como “bestias primitivas” o, en el mejor de los casos, una versión idéntica de los humanos. Ambas ideas son simplificaciones que no reflejan la complejidad de su papel en la evolución humana.

Los neandertales eran una especie sofisticada, con capacidades culturales y tecnológicas avanzadas. Algunas evidencias sugieren que fabricaban herramientas, utilizaban pigmentos para decorar sus cuerpos y probablemente tenían formas de comunicación complejas.

Las interacciones

Frente a las interacciones entre neandertales y sapiens, se sabe que, hace unos 40.000 o 50.000 años, ambos coexistieron en regiones de Europa y Asia. Estas interacciones no fueron solo culturales, sino también biológicas. La prueba de esto es la transferencia de ADN.

Las evidencias disponibles señalan que hubo tres grandes oleadas de mestizaje:

• Hace 200.000-250.000 años. Primer contacto entre homo sapiens y neandertales, poco después de la aparición de los primeros fósiles de homo sapiens.
• Hace 100.000 años. Una nueva interacción que dejó algunas huellas genéticas en los neandertales.
• Hace 50.000-60.000 años. Una migración masiva que expandió la presencia de homo sapiens en el mundo y dejó marcas genéticas más evidentes en los humanos modernos.

Estas primeras migraciones no dejaron rastros significativos en el acervo genético actual, pero sí influyeron en los neandertales.

Las relaciones entre ambas especies fueron básicamente “patrilocales”. Esto es, basadas en un sistema en el que solo las mujeres sapiens se mudaban con los hombres neandertales. Este fenómeno explica la presencia de ADN neandertal en el homo sapiens y la baja presencia de material genético sapiens en los neandertales.

El legado

Las interacciones entre ambas especies se hacen evidentes en el genoma de las poblaciones humanas modernas. Se estima que entre un 1% y un 2% del ADN de las personas de ascendencia no africana proviene de los neandertales. Esto ha influido en características como el sistema inmunológico, la resistencia a ciertas enfermedades y hasta la adaptación a climas fríos.

Sin embargo, el legado neandertal también se ha relacionado con la predisposición a patologías como la diabetes tipo 2 y ciertas enfermedades autoinmunes. Estos hallazgos refuerzan la idea de que los neandertales no eran una especie completamente separada, sino una población distinta pero compatible con los sapiens.

La capacidad de cruzarse y producir descendencia fértil hace evidente la cercanía biológica entre ambas especies. Aunque no podemos considerarnos “hermanos” de los neandertales, tampoco es acertado verlos como figuras lejanas en nuestra historia.

Los avances en la tecnología de secuenciación genética prometen profundizar aún más en este legado. Algunos estudios recientes han comenzado a identificar regiones específicas del genoma humano que contienen variantes neandertales y su posible influencia en aspectos como la biología cerebral y el comportamiento.

Las implicaciones para la salud

Los estudios también están comenzando a desentrañar cómo el ADN neandertal puede afectar la susceptibilidad a enfermedades. Algunos investigadores han descubierto que ciertas variantes neandertales están relacionadas con un mayor riesgo de trastornos autoinmunitarios, mientras que otras parecen ofrecer ventajas en la respuesta inmune. Esta dualidad sugiere que, aunque los neandertales no sobrevivieron como especie, su legado genético podría tener un impacto significativo en la salud de las poblaciones actuales.

Un nuevo enfoque en la evolución

El redescubrimiento de los neandertales también ha llevado a una reevaluación de cómo concebimos la evolución humana. Durante mucho tiempo, se pensó que los neandertales eran una especie inferior, condenada a desaparecer ante la llegada de los Homo sapiens. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que no solo coexistieron, sino que también intercambiaron conocimientos y características. Esto lleva a la conclusión de que la evolución humana es un proceso más complejo y entrelazado de lo que se había asumido anteriormente.

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