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Descubrimiento histórico: desentierran en Túnez la 2º mayor industria de aceite del Imperio romano

Aceite, Imperio romano, curiosidades, descubrimientos
Segunda prensa de aceitunas romana más grande del Imperio. Foto: Universidad Ca' Foscari de Venecia.
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Un equipo internacional de arqueólogos formado por especialistas de la Universidad Ca’ Foscari de Venecia, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de La Manouba de Túnez ha sido el responsable del hallazgo que está revolucionando el estudio de la economía antigua en el norte de África.

En la región de Kasserine, al oeste de Túnez, cerca de la antigua ciudad romana de Cillium, los investigadores han descubierto un complejo industrial sin precedentes dedicado a la producción de aceite de oliva.

Hallan la segunda mayor industria de aceite del Imperio romano en Túnez

La segunda mayor industria oleícola documentada en todo el Imperio romano ha sido encontrada en Túnez.

El núcleo principal del yacimiento, conocido como Henchir el Begar, conserva los restos de un monumental torcularium con 12 prensas de viga alineadas, diseñadas para mantener una producción continua y a gran escala orientada a los grandes circuitos comerciales del Mediterráneo antiguo.

A poca distancia de esta enorme instalación, los arqueólogos han localizado un segundo sector productivo que albergaba otras 8 prensas del mismo tipo, reforzando la idea de una auténtica megafactoría del aceite.

La elección del emplazamiento no fue casual, ya que el macizo del Jebel Semmama ofrecía suelos fértiles, agua disponible y un clima especialmente favorable para el cultivo intensivo del olivo.

Cillium y la importancia estratégica del aceite en el África Proconsular

En época romana, este territorio formaba parte de la provincia del África Proconsular, uno de los grandes centros agrícolas del Imperio. La región era también una zona de contacto entre poblaciones númidas, colonos romanos y veteranos del ejército.

Esa mezcla social y cultural se refleja en una inscripción hallada en el entorno del yacimiento, que recoge un decreto del Senado del año 138 d.C. por el que se autorizaba la celebración de un mercado periódico.

El aceite que salía de estas instalaciones no estaba destinado a la alimentación únicamente. Era esencial para la iluminación doméstica, la higiene personal, la elaboración de medicamentos y numerosos usos artesanales.

Producción industrial de aceite que perduró siglos en Túnez

Los análisis arqueológicos indican que la megafactoría se mantuvo activa entre los siglos III y VI d.C., superando incluso los cambios de poder entre romanos, vándalos y bizantinos, lo que demuestra su enorme estabilidad económica.

Junto a la industria del aceite, los investigadores han documentado molinos de piedra destinados a la molienda de cereal, confirmando una economía agraria diversificada.

El uso de georradar ha permitido detectar un entramado de caminos, viviendas y otras estructuras soterradas que evidencian una organización rural mucho más compleja de lo que se creía para estas zonas de frontera.

También han aparecido objetos como un brazalete metálico, proyectiles de piedra y fragmentos arquitectónicos reutilizados.

Vida rural y comercio en torno al aceite romano

El yacimiento incluía además un pequeño vicus donde residían trabajadores, agricultores y población local integrada en el sistema romano.

Todo apunta a que el aceite producido no se destinaba exclusivamente al consumo regional, sino que se integraba en las grandes redes comerciales del Mediterráneo, abasteciendo a ciudades, puertos y contingentes militares situados a cientos de kilómetros de distancia de esta zona del interior de Túnez.

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