Descubrimiento estremecedor en la Torre de Londres: aparecen esqueletos humanos fechados en el siglo XII

Cada excavación suele dejar más preguntas que respuestas, y eso es precisamente lo que ha ocurrido en el corazón de Londres. Bajo la iglesia de St. Peter ad Vincula, en plena Torre de Londres, encontraron una fosa común que podría remontarse a los peores días de la peste negra.
Los restos han sido confirmados por Historic Royal Palaces (HRP), la entidad que gestiona el recinto. Lejos de generar alarma, el hallazgo de estos esqueletos ha abierto una nueva vía de investigación sobre el pasado de Inglaterra.
Descubren más de veinte esqueletos bajo la Torre de Londres
Esto se remonta a 2019, cuando se encontraron dos esqueletos, y ese hallazgo dio paso a una excavación a gran escala que, en julio de este año, terminó con más de veinte individuos localizados. Algunos estaban dispuestos en una fosa común, sin señales de haber recibido sepultura ritual. Otros, en cambio, fueron enterrados con más cuidado.
Los indicios apuntan a que varios de esos cuerpos estarían relacionados con la peste negra, la gran crisis sanitaria que sacudió Europa en el siglo XIV. La rapidez con la que fueron enterrados y la ausencia de elementos funerarios apuntan a un contexto de emergencia. Aunque los restos siguen en análisis, tanto el contexto como la cronología encajan con el brote de 1348.
Por otro lado, la ubicación no es irrelevante. La iglesia de St. Peter ad Vincula, dentro del complejo de la Torre, ha sido históricamente un lugar de enterramiento para figuras destacadas: desde prisioneros célebres hasta miembros de la realeza.
Sin embargo, HRP reconoce que su historia temprana sigue siendo en gran parte un misterio, y estos hallazgos podrían empezar a llenarlo de contenido real.
Cómo eran los esqueletos hallados en ataúdes del siglo XII
Entre los descubrimientos más llamativos se encuentran tres esqueletos fechados entre finales del siglo XII y principios del XIII. Lo inusual en este caso es el modo en que fueron enterrados: dentro de ataúdes. En esa época, lo más habitual era la sepultura en sudario. El uso de cofres de madera apunta, por tanto, a personas de cierto rango o estrechamente ligadas al entorno eclesiástico.
Uno de estos cuerpos conservaba incluso un fragmento de tela, posiblemente parte de un sudario. Lo curioso es que los tejidos no suelen sobrevivir al paso de los siglos. También se encontraron dos vasijas llenas de carbón, fechadas entre 1150 y 1250. Podrían haber cumplido una función simbólica o ritual, pero eso aún está por confirmarse.
No todos los esqueletos contaban la misma historia. El análisis isotópico de dos de ellos, por ejemplo, reveló que uno de los individuos llevaba una dieta rica, probablemente con acceso frecuente a azúcares, algo al alcance de pocos en el siglo XVI.
El otro mostraba signos de estrés físico y alimentación limitada, señales de una vida más precaria. Lo que tienen en común es que ambos habían nacido fuera de Londres y se trasladaron a la capital durante su infancia o juventud.
Pistas sobre una capilla medieval desconocida
La excavación también ha servido para reescribir parte del plano arquitectónico de la Torre. Bajo los niveles actuales, los arqueólogos localizaron restos de una construcción anterior, posiblemente la capilla edificada bajo el reinado de Enrique I en el siglo XII. Hasta ahora, apenas había evidencias físicas de ella.
También se detectaron signos de un incendio que podría coincidir con el que destruyó la capilla de Eduardo I en 1512. Justo encima de esa capa de ceniza se construyó la actual iglesia, levantada en 1519. Un nivel de piedra de Reigate encontrado durante la excavación podría corresponder a reformas impulsadas por Enrique III hacia 1240.
Los responsables de la investigación, entre ellos el arqueólogo Alfred Hawkins y la experta en monumentos antiguos Jane Sidell, coinciden en que esto es sólo el comienzo.
Con más de veinte individuos por analizar y un conjunto significativo de materiales por estudiar, las próximas fases prometen revelar mucho más sobre quiénes vivieron, sirvieron y murieron dentro de los muros de la Torre.