Los arqueólogos no salen de su asombro tras descubrir en Stonehenge la mayor estructura prehistórica del país
En el sudeste de Inglaterra, en la llanura de Salisbury, se encuentra Stonehenge, el monumento prehistórico más conocido del mundo y un lugar que lleva siglos despertando curiosidad y que, cada cierto tiempo, vuelve a generar interés entre los arqueólogos.
Un equipo internacional de arqueólogos del Stonehenge Hidden Landscapes Project ha localizado la estructura más amplia conocida en el país, un enorme círculo de pozos que encierra Durrington Walls y Woodhenge y que obliga a revisar lo que creíamos entender del Neolítico.
Descubren en Stonehenge la estructura prehistórica más grande del país
Las primeras señales de la estructura aparecieron en 2020, pero los mapas eran demasiado imprecisos y dejaban abierta la posibilidad de que los pozos fueran simples depresiones naturales. Con la nueva tecnología, los investigadores han confirmado un anillo monumental que supera los dos kilómetros de diámetro y que incluye al menos 16 fosas. Cada una ronda los 10 metros de anchura y alcanza hasta cinco de profundidad.
El proyecto lo codirigen el profesor Vince Gaffney, de la Universidad de Bradford, y especialistas del Instituto Ludwig Boltzmann de Prospección Arqueológica.
Usaron georradares, magnetometría y tomografía eléctrica para registrar el subsuelo sin tocarlo. Después extrajeron núcleos de sedimento y aplicaron luminiscencia estimulada y análisis de ADN ambiental. Gracias a estas pruebas, obtuvieron una cronología clara y una imagen bastante precisa de cómo fue rellenándose el terreno con el paso de los siglos.
Las dataciones sitúan la excavación de las fosas en el Neolítico tardío, la misma etapa en la que se levantó Stonehenge y en la que Durrington Walls vivió su periodo de mayor actividad.
Ese cruce de fechas muestra que la llanura no era un conjunto disperso de recintos, sino un paisaje planificado con una lógica ceremonial que abarcaba varios kilómetros. El círculo de pozos parece actuar como un límite simbólico, quizá un modo de separar un espacio consagrado del resto del territorio.
Algunos investigadores lo relacionan con rituales vinculados a la tierra y al mundo subterráneo. Otros creen que su función tenía más que ver con la organización interna de la comunidad.
Por qué este hallazgo redefine el paisaje de Stonehenge
Este hallazgo cambia el enfoque: ya no se habla de Stonehenge sólo como un monumento icónico, sino de un territorio construido con intención. El círculo de pozos ayuda a situar Durrington Walls, Woodhenge y otras estructuras dentro de un conjunto más amplio. El paisaje aparece como un escenario planificado, con límites, recorridos y zonas diferenciadas.
Para los arqueólogos, este descubrimiento abre una línea nueva de trabajo. La confirmación del origen humano de las fosas obliga a reconsiderar el nivel de conocimiento técnico que tenían estas comunidades.
Gaffney insiste en que el círculo de pozos que rodea Durrington Walls no tiene precedentes en el Reino Unido. Explica que estas fosas no se excavaron y se abandonaron, sino que encajan en un paisaje monumental planificado y reflejan un grado de organización y de habilidad que apunta a una sociedad neolítica más compleja de lo que solemos pensar.
Al final, este descubrimiento empieza a perfilarse como una pieza clave para entender cómo se organizaban aquellas comunidades y qué papel jugaba realmente Stonehenge dentro de un paisaje mucho más amplio.