La popular taberna de Chamartín: materia prima de calidad y una atención clásica
Una taberna pequeña donde comer croquetas, alcachofas confitadas y un lomo alto de ternera con patatas fritas recién cortadas.
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En un barrio bien de Madrid, a apenas unos pocos metros de la prestigiosa calle de Arturo Soria, en Pinar de Chamartín, encontramos, una taberna de las de siempre donde se apuesta por lo importante: el buen género, una buena mano en la cocina –con secretos que no se revelan– y una atención clásica donde los camareros son camareros de verdad. Creerán, quizá, que se trata éste último detalle de un asunto baladí; sin embargo, los aficionados a las barras sabrán que tan importante es el plato como quien te lo pone.
Se llama El Barrilón (Calle Caleruega, 87) y lleva más de 20 años abierto. Es popular en el barrio madrileño, tienen ya una clientela fiel a la que se dirigen por sus nombres de pila y conquistan con su carta pequeña y honesta, donde la materia prima es fresca y de alta calidad. Con ella elaboran todos sus platos tradicionales, los de siempre, pero con un saber hacer muy suyo.
Platos para no perderse
Las croquetas son caseras, crujientes por fuera y cremosas en el interior; las carrilleras de ternera, si las hay, pídelas en esta taberna de Pinar de Chamartín y no olvides que te pongan pan porque la salsa lo merece.
El lomo alto de primera sale con pimientos del Padrón dulces; cachopo clásico bien crujiente; las alcachofas confitadas a la plancha con sal Maldon están que te mueres; y las tostas las hay para todos los gustos: desde solomillo con cebolla caramelizada –hecha por ellos es de mis favoritas–, pasando por el matrimonio –anchoa ahumada y boquerón sobre una cama de tomate natural rallado–, terminando por otras elaboradas con sobrasada y miel o salmón ahumado con brie.
En pescado tienen dos cosas, pero muy bien hechas en esta taberna de Pinar de Chamartín. Calamares a la andaluza, con una cobertura en crujiente y en su punto, y sepia a la plancha con ajito y perejil. Para no perderse tampoco las ensaladas.
Nos quedamos con la de tomate con burrata coronada con albahaca fresca o la de ventresca, regado con el mejor aceite de oliva virgen extra (AOVE). Y el pisto enamora con sus verduras recién cortadas y cocinadas a fuego lento el mismo día, acompañado con huevos fritos y pan de cristal, que le dan un toque fantástico.
La hamburguesa también es una de las estrellas de la cocina de El Barrilón, la taberna de Pinar de Chamartín. Carne aliñada por ellos con maestría y secreto, nadie sabe bien qué ingredientes lleva para encerrar tener tanto sabor. Viene con pan brioche y queso fundido, y un toque de albahaca, acompañada también con patatas fritas.
En los postres, la carta se cierra con tarta de queso cremosa y ligeramente tibia, una tarta de chocolate con helado de vainilla o la torrija con toppings y helado que es una delicia.
Patatas fritas naturales y cortadas a mano
Un detalle para tener muy en cuenta: las patatas fritas –que acompañan muchos de sus platos– son naturales, peladas y cortadas a mano cada día. Otro detalle más para ir a El Barrilón, porque ya son pocos los sitios donde las patatas de guarnición y acompañamiento no salen de una bolsa del congelador. Cosa importante e imprescindible.
La carta de vino es sencilla, se pueden encontrar D.O. Rueda y Godello en blancos; mientras que en tintos hay Riberas del Duero y Riojas con etiquetas como Protos o Luis Cañas, respectivamente. ¿Y el ambiente? Gente guapa y con una pinta estupenda.
Que este sitio lleve 20 años abierto no es casualidad. En la hostelería nunca lo es. O lo haces bien o no. Es sencillo.