La nueva moda del ‘Cold Brew’: el café más hipster para este caluroso verano
Quizás hayas oído hablar del café ‘Cold Brew’ o café hecho en frío. Y no, no se trata de un café con hielo. Los métodos de preparación son diferentes como también lo es su sabor. En España su consumo está en aumento mientras que en otros países ya es una bebida consolidada. ¿Cuál es entonces la diferencia con el tradicional café con hielo? Esta bebida, tan presente en la época veraniega, no puede ser más sencilla: se prepara el café al estilo tradicional y luego se le añade hielo. Listo. El problema es que enfriar una bebida que se encuentra a una temperatura tan alta, hace que el hielo se derrita rápidamente y el café se agüe.
El Cold Brew es otra historia. Para empezar es imperativo utilizar café molido, nada de cápsulas. Este se infusiona con agua a temperatura ambiente. Y se deja macerar entre 18 y 24 horas. El proceso es lento pero su sabor lo merece. Se trata de un café menos ácido, más suave y con notas dulces a cacao o nueces. ¿Cuál es la razón de que la bebida así preparada sea mejor? Que los aromas y sabores del café se extraen por tiempo y no por el calor. Pero no es un café para todos los gustos. Aunque hay personas que lo encuentran más intenso y a la vez menos amargo, otras afirman que tiene menos cuerpo y aroma.
Cómo hacer café ‘Cold Brew’ en casa
Los ingredientes son sencillos. Calcula unos 110 gramos de café natural; es importante que esté poco molido. Si quieres un sabor más intenso (ideal si deseas agregarle un poco de leche) aumenta la cantidad. En líneas generales el ratio café/agua es 1:8. El tueste más conveniente es el medio e intenta que el café sea lo más fresco posible: mira la fecha de elaboración. Además de este ingrediente solo necesitas un litro de agua mineral.
Ahora vamos con el procedimiento. Se coloca el café en un recipiente de cristal y se añade lentamente agua a temperatura ambiente. Remueve con una cuchara de madera hasta que los grumos desaparezcan. Cubre el recipiente con papel film y déjalo reposar, sin mover, entre 18 y 24 horas.¿Y entre este abanico de tiempo, cuánto lo dejamos infusionar? Pues como en tantas cosas de la vida, depende. Del tipo de café, su peso y los gustos particulares. Ya solo queda colarlo y lo mejor es utilizar un colador de tela. Se puede guardar en la nevera conservándose hasta dos semanas. Si tienes en casa una cafetera de émbolo – también llamada de prensa francesa – el proceso será aún más fácil.
El té ‘Cold Brew’ también existe
Por suerte este proceso también sirve para elaborar infusiones. En este caso son las hojas del té las que se maceran lentamente en agua. Y como en el café, el té resulta menos amargo y conserva mejor sus cualidades. Solo con que lo dejes infusionando dos horas ya desprende todo el pigmento propio de la planta, como si lo hubieras hecho con agua hirviendo. De hecho es suficiente con dejarlo reposar de 8 a 12 horas, en la nevera. Para el té blanco o verde basta con 6-8 horas mientras que el negro requiere de 8 a 12. Notarás que su sabor es más afrutado y menos astringente. Y curiosamente, tiene menos teína que el preparado de la forma tradicional. Cuanto más frágil y delicada sea la hoja del té que utilices, menos tiempo se necesita dejar en el agua. Si vas a utilizar bolsitas de té, rásgalas y toma su contenido. La medida recomenda es 1.5 veces la proporción de té que uses habitualmente: de 2 a 3 cucharillas por taza. Y puedes reutilizar las horas para una segunda vuelta. Que lo disfrutes.
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