La pifia de Southgate: sacó a Sancho y Rashford para los penaltis…¡y fallaron los dos!

Rozas la gloria, pero acabas viendo cómo se escapa de la yema de tus dedos… por un movimiento fallido. Gareth Southgate pasó de potencial héroe nacional a más que probable villano de la afición inglesa después de jugársela al incluir en el terreno de juego a Jadon Sancho y Marcus Rashford en el último minuto de la prórroga ante Italia. Ambos jugadores, de contrastada calidad, salieron para la suerte de los penaltis, tomaron responsabilidad y acabaron marrando unos lanzamientos claves para la derrota de Inglaterra en su Eurocopa, que levantó Italia.

El error que pudo ser acierto será recordado, además, como error doble. Las decisiones de Southgate venían con atrevimiento debido a un sistema de tres centrales junto a un doble pivote de secundarios de lujo, caso de Rice y Phillips. Alejados de los focos, tanto defensores como centrocampistas hicieron un trabajo de notable alto o sobresaliente durante la Eurocopa, pero la no presencia de activos como Sancho o Rashford, diferenciales en lo ofensivo al máximo nivel, no son de fácil comprensión.

Era el minuto 119 cuando, por fin, Southgate se decidía a dar entrada a Sancho y Rashford en el terreno de juego. Ambos juntos y con la misma premisa: la tanda de penaltis. El movimiento tenía sentido si vemos a los sacrificados en su lugar, Henderson y Walker, indiscutiblemente de peor toque que dos de los futbolistas más desequilibrantes del planeta. Sin embargo, a la presión de jugártela en casa se sumaba el añadido de salir sólo para los penaltis.

Estrategia fallida, derrota histórica

Ambos futbolistas asumieron la responsabilidad en los penaltis, como no podía ser de otra manera pues, simplemente, habían salido para ello. Tercer lanzador, en el caso de Rashford y cuarto para Sancho. El veterano del United tiró con ventaja, tras el fallo de Belotti en el segundo de Italia pero parafernalia y paradinha incluidas, mandó el tiro al palo. La decepción era patente en su rostro, pero al fin y al cabo, aún no había nada perdido.

Mucho más grave resultó lo de Sancho. También recién entrado y sin tocar un sólo balón en juego, el flamante fichaje del Manchester United no vaciló en su carrera hacia el balón, pero se olvidó de mirar como Donnarumma se había tirado hacia el lado elegido. La parada completaba el pleno de errores de las apuestas de Southgate y el fallo postrero de Saka confirmaba la debacle de los penaltis de la anfitriona, presa de un tiro de Southgate que le salió por la culata.