La única mención a Afganistán en el plan exterior de Sánchez: «Existe una embajada»
Sánchez monta otro paripé en Torrejón para presumir ante el Rey de su centro de acogida de refugiados
Sánchez reaparece triunfalista un día después de la masacre de Kabul colgándose la medalla del rescate
Sánchez corre a hacerse la foto con el embajador-héroe en Kabul al que echó antes de irse a La Mareta
La Estrategia de Acción Exterior 2021-2024, presentada por la ya ex ministra Arancha González Laya en febrero, sólo se refiere explícitamente en una ocasión -a lo largo de sus 115 páginas- a Afganistán. Y lo hace para señalar la existencia de una Embajada de España en el país.
Por el contrario, el plan que guía la acción exterior del Gobierno de Pedro Sánchez destaca, por ejemplo, la «política exterior feminista» o la oportunidad que, en su opinión, supone la presencia de Joe Biden en la Casa Blanca para mejorar las relaciones con Estados Unidos.
Así, en el texto, se señala que España aspira a ser un «referente» en la «defensa de la igualdad de género a nivel mundial», comprometiéndose a «incorporar el enfoque de género en todos los ámbitos de la acción exterior». «Haremos de la igualdad de género una regla interna de la acción exterior española, y de las políticas feministas un principio de actuación. Pero también practicaremos lo que predicamos, impulsando una mayor presencia de las mujeres en la acción exterior española, en especial en sectores y niveles que todavía adolecen de infrarrepresentación», destaca el documento.
El Ejecutivo, además, veía un «escenario más optimista» con la llegada de Biden a la Casa Blanca y «una oportunidad que hay que aprovechar». La nueva Administración norteamericana, en palabras del Ejecutivo, «abre una ventana prometedora para el diálogo y el impulso de las relaciones con España y la UE en numerosos campos. España aspira a una agenda más amplia para las relaciones bilaterales, especialmente en el ámbito económico y comercial, y a mantener la importante cooperación en defensa, de la que constituye un elemento fundamental el vigente Convenio Bilateral de Defensa», recoge la Estrategia, destacando, asimismo, «los vínculos culturales» entre ambos países.
Un propósito que ha tropezado de momento con la realidad: sólo ha trascendido públicamente el encuentro de 29 segundos entre Biden y Sánchez -el famoso ‘paseíllo’ durante la cumbre de la OTAN- y una llamada telefónica -de apenas media hora- para la acogida de afganos en las bases de Rota y Morón de la Frontera.
Ahora, el Gobierno de Pedro Sánchez ha convertido sin embargo la situación en Afganistán en el centro de su estrategia propagandística. El presidente socialista -muy criticado por su inacción en los primeros días de la crisis, cuando renunció incluso a interrumpir sus vacaciones en el Palacio de La Mareta- ha intensificado en las últimas horas sus apariciones públicas, coincidiendo con el fin del rescate.
Este sábado, por ejemplo, Moncloa desplegó una presencia institucional inédita -Sánchez y siete ministros- para acompañar al Rey Felipe VI en su visita al dispositivo de acogida de los refugiados afganos en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid).
El jefe del Ejecutivo -que el jueves, con Afganistán en riesgo máximo de atentado terrorista, se desplazó a visitar un hogar de mayores en Navalmoral de la Mata (Cáceres)- ofreció este viernes su primera comparecencia pública en Moncloa desde el inicio de la crisis. Sánchez celebró el mérito de la evacuación, a la que se refirió con un eufórico «misión cumplida» pese al dramático fin de las repatriaciones con motivo de los atentados en el aeropuerto.
El socialista tampoco dudó en buscar la fotografía con el embajador en el país, Gabriel Ferrán, pese a haberlo destituido él mismo apenas un día antes de iniciar sus polémicas vacaciones en Lanzarote.
Polémicas
La actuación del socialista durante la crisis afgana ha sido muy polémica. En los primeros días, y pese a la caída de Kabul en manos de los talibanes, Sánchez mantuvo sus vacaciones en el Palacio de La Mareta (Lanzarote). Días después, reapareció en una conexión telemática con sus ministros, en alpargatas.
Sánchez se ha limitado a informar del operativo a través de mensajes en las redes sociales y rechaza acudir al Congreso para ofrecer explicaciones a la oposición. Moncloa considera que su presencia en el Parlamento «no es prioritaria».