La última etapa como Rey emérito: polémicas propias y ajenas, toros y actos oficiales

La última etapa del reinado de Juan Carlos I no ha estado exenta de polémicas. No sólo las protagonizadas por él mismo, sino por los miembros de su familia. Desde su renuncia al trono, el monarca ha compaginado una intermitente agenda institucional con su actividad privada, centrada, especialmente, en sus grandes aficiones como los toros.

Infanta Elena
Juan Carlos I y su hija la infanta Elena en la Plaza de Las Ventas de Madrid. @Getty

La última etapa del reinado de Juan Carlos I no ha estado exenta de polémicas. No sólo las protagonizadas por él mismo, sino por los miembros de su familia. Desde su renuncia al trono, el monarca ha compaginado una intermitente agenda institucional con su actividad privada, centrada, especialmente, en sus grandes aficiones, como son los viajes con amigos, la gastronomía, el deporte y los toros.

Desde junio de 2014, Don Juan Carlos ha tenido 119 actividades oficiales, entre ellas, nueve viajes a Iberoamérica, aunque desde que fue operado de la rodilla en abril del pasado año su papel institucional como miembro de la familia real ha sido bastante discontinuo. Después de casi 39 años de reinado y tras una abdicación que se desarrolló de forma exprés, el anterior jefe del Estado pasó a un segundo plano, sabedor de que el foco pasaba a estar en la figura de su hijo.

Ese papel secundario hizo que se ausentara en la proclamación de Felipe VI y tampoco acudió al acto por el 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas en el Congreso en junio de 2017. Una ausencia que generó mucha controversia y que desde su entorno se tradujo en malestar por no haber sido invitado cuando había sido uno de los grandes artífices de la Transición.

Don Juan Carlos pudo resarcirse el pasado 6 de diciembre, con motivo de los 40 años de la Constitución en el hemiciclo, en el que recibió un gran homenaje, también por parte de su hijo, por el papel que desempeñó en favor de la democracia. Aquel acto sirvió para olvidar, en parte, los meses previos, en los que Juan Carlos I volvió a situarse en la primera línea a cuenta de la grabación en la que su amiga y empresaria Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Aquella polémica dio pie a que Unidos Podemos, PNV y los independentistas catalanes pidieran una comisión de investigación en el Congreso y una indagación judicial que finalmente se archivaron, aunque erosionando en cierta medida la figura del rey emérito.

El estado de salud de don Juan Carlos también ha sido objeto de comentarios en el último periodo, después de las numerosas operaciones a las que se ha sometido. La última fue en abril de 2018, pocos días después del desencuentro que protagonizaron las reinas Letizia y Sofía en la Catedral de Palma en presencia de los demás miembros de la familia real.

El padre de Felipe VI pasó por el quirófano para sustituirle la prótesis de la rodilla derecha que le implantaron en 2011 y poder ganar estabilidad, aunque ya desde meses antes caminaba con bastón por sus problemas de movilidad. Incluso mes y medio después de la intervención, el Palacio de la Zarzuela distribuyó una imagen inédita en la que se le veía en silla de ruedas junto a los reyes y Doña Sofía.

Esperanzado en recuperar tono físico, don Juan Carlos planeó el pasado verano regresar a Mallorca para competir en la Copa del Rey de vela junto a su hijo, pero finalmente, en medio de la controversia por los audios de Corinna, decidió no hacerlo, después de que la Zarzuela informara de que sufría una lesión en la muñeca.

Aquel percance le apartó además de viajar a Colombia a la toma de posesión del nuevo presidente del país, una función, la de representar a España en Iberoamérica, que ejerció por última vez en marzo de 2018 en Chile. Desde su renuncia a la Corona, Don Juan Carlos ha compaginado su agenda oficial con numerosas actividades privadas en las que ha disfrutado de sus aficiones favoritas.

Entre ellas, la de viajar por España y al extranjero y celebrar comidas con amigos en restaurantes. A pesar de sus años, ha seguido practicando la vela, también en competición oficial, como en la que se proclamó campeón del mundo en la categoría 6 Metros Internacional (6M) en Vancouver (Canadá) en septiembre de 2017.

Ha presenciado además partidos de fútbol y carreras de motos y de coches en circuitos como el de Abu Dabi, donde su saludo al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, suscitó de nuevo la controversia, aunque la Zarzuela aclaró que se trató de un saludo «estrictamente protocolario».

Otro de sus pasatiempos ha sido los toros, con visitas a plazas de distintas ciudades españolas, en muchas ocasiones junto a su hija Elena o sus nietos, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica. La familia ha ocupado tiempo en su última etapa en un contexto complicado por la situación de su otra hija, la infanta Cristina, tras la entrada en prisión hace casi un año de su marido, Iñaki Urdangarin, por su implicación en el caso Nóos.

A pesar del distanciamiento de Felipe VI con su hermana, Juan Carlos I ha tenido gestos de apoyo hacia ella, incluso con alguna visita a Ginebra cuando Urdangarin cumplió 50 años y ya se veía abocado a ir a prisión. El momento más destacado tuvo lugar el pasado 2 de noviembre, cuando reunieron a toda la familia en un almuerzo en la Zarzuela por el 80 cumpleaños de la reina Sofía.

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