Torra vuelve a ayudar a los CDR: boicotea el plan de los Mossos contra el sabotaje del 10-N
Mientras la Justicia investiga las conexiones entre el presidente de la Generalitat y el comando CDR detenido por la Guardia Civil que preparaba un atentado en Barcelona, Quim Torra ha vuelto a dar muestras de su deseo de ayudar a los radicales en contra, incluso, del desarrollo de la jornada electoral del próximo 10-N.
Los Mossos han detectado el plan de los Comités de Defensa de la República (CDR) para sabotear la jornada electoral del 10 de noviembre y evitar la llegada a las urnas de los votantes constitucionalistas. Un plan que incluye desde la violación de la jornada de reflexión, hasta la ocupación de centros escolares e, incluso, la destrucción de papeletas de votación de partidos como PP, C’s o Vox.
Los Mossos no sólo han detectado ese plan e, incluso identificado a algunos de quienes lo coordinan estos días, sino que, además, han elaborado ya un plan de respuesta policial para evitar que el sabotaje triunfe en plena celebración de unas elecciones generales.
El plan de seguridad, de hecho, ha sido ya comunicado a las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional, que van a operar como cuerpo de apoyo de los agentes catalanes en esa jornada tan decisiva para el futuro de toda España.
Hasta ahí todo correcto. Salvo por un pequeño y decisivo detalle. Que el plan de seguridad de los Mossos ha sido ya comunicado a la Generalitat y el primero que lo ha criticado y puesto en duda ha sido el propio presidente Torra.
Presión sobre el conseller Buch
Fuentes policiales han destacado a OKDIARIO que “la presión que ejerce estos días Torra sobre el conseller de Interior Buch [al que mantiene bajo “supervisión” y sometido al resultado de una comisión de investigación en el Parlamento catalán por las cargas efectuadas en los últimos días frente al terrorismo callejero en Cataluña] tiene mucho que ver con este plan de seguridad. Y es que Torra ha hecho saber ya su desacuerdo con el plan de los Mossos diseñado para evitar que triunfe el sabotaje el domingo electoral”.
Este plan, según confirman fuentes policiales catalanas a OKDIARIO, se ha apoyado en el elaborado el 1 de octubre de 2017. Pero con un matiz sustancial: “Aquel plan era bueno, lo que pasa es que simplemente no se cumplió porque los mandos políticos de los Mossos no quisieron que se cumpliera. Justo lo mismo que pasa ahora con el presidente de la Generalitat”.
Hay que recordar que las grabaciones de los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil destinados al contingente del 1-O de 2017 dejaron constancia de que las órdenes políticas recibidas durante el desarrollo de aquel día por los Mossos, lejos de pedirles el apoyo a los agentes nacionales para frustrar la votación ilegal, redujeron la operatividad de los Mossos e, incluso, apoyaron el abandono a los policías nacionales y guardias civiles.
Una estrategia que dejó en evidente inferioridad a los agentes nacionales, que se vieron imposibilitados para cumplir el mandato judicial en innumerables ocasiones. Todo ello, hay que recordarlo, pese a que la competencia en Cataluña para este tipo de situaciones corresponde a los Mossos.
Algunas de las pruebas aportadas durante el transcurso del juicio del 1-O demostraron que incluso se habían utilizado medios de la Generalitat para alertar a los golpistas de las posiciones de los agentes nacionales y boicotear su eficacia a la hora de impedir un referéndum inconstitucional.
La situación vuelve ahora a repetirse. Y Torra, como presidente de la Generalitat, vuelve a intentar usar los medios policiales autonómicos, no para garantizar el orden público sino, todo lo contrario, para que triunfen los CDR y puedan boicotear la jornada electoral.
El ala más radical del separatismo pretende convertir la jornada de reflexión, el sábado 9, en un día de protesta, caos y violencia
Los servicios de información de los Mossos han detectado también que la plataforma Tsunami Democràtic, coordinada con los CDR, también pretende reventar la jornada de reflexión del próximo 9 de noviembre. Ese día, pretende convertirlo en una jornada de protesta, caos y violencia bajo el lema “hagámoslos reflexionar”.
Por todo ello, los Mossos, con la ayuda de agentes de las Unidades de Intervención de la Policía Nacional, pretenden blindar los colegios catalanes y evitar que entren en ellos los radicales.
Los Mossos saben que la actuación violenta dará comienzo el viernes 8 de noviembre y, por ello, han diseñado un contingente de seguridad con dos líneas de actuación: la primera, centrada en poner en marcha un dispositivo policial en los accesos a los recintos; la segunda, destinada a centros escolares de mayor complejidad, donde se prevé desplegar incluso agentes dentro de los colegios para evitar la ocupación física por parte de los CDR.
Los CDR pretenden de este modo sembrar la sensación entre los votantes constitucionalistas de que acudir a las urnas el 10-N puede ser un motivo de riesgo. Traducido: pretenden atemorizar a los votantes del PP, C’s y Vox para reducir sus opciones electorales. Según las investigaciones policiales, los radicales cuentan ya con planes detallados para actuar en esa jornada.
El plan de los Mossos ha sido elaborado de forma técnica y cuenta ya con el visto bueno de los responsables policiales de su cúpula, un área que comanda en última instancia el conseller Buch. El mismo que ha recibido ya la crítica y el ataque de Torra.
Pero internamente, la policía catalana sabe ya que ahí se acaba el apoyo. Porque Torra, lejos de respaldarlo, pretende boicotear el plan de seguridad para dar facilidades a los CDR para que ejecuten su sabotaje.