Sólo el 25,4% de los españoles votaría ‘no’ a la actual Constitución

La Constitución española cumple 43 años con una salud envidiable. Y ello, frente a los intentos de Pedro Sánchez y sus aliados podemitas, separatistas y proetarras por desautorizarla. La Carta Magna es garante de la convivencia, la integridad territorial y la vida en democracia, resultado de la reconciliación entre los españoles y marco para afrontar los retos que se nos presentan como sociedad. Y así lo entiende la inmensa mayoría de los ciudadanos, a la vista de los resultados de la encuesta de Data10 para OKDIARIO. Apenas un 25,4% de los españoles asegura que, si el actual texto constitucional se sometiera de nuevo a consulta, votaría en contra. Un 61% le da un respaldo sin fisuras.

Así, frente a la voluntad de Pedro Sánchez de satisfacer las pretensiones del independentismo, los ciudadanos le recuerdan la «indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles». Frente a los agravios hacia determinadas regiones,»la igualdad de todos los españoles en el ejercicio de los derechos», frente a los ataques a la Justicia o las Fuerzas de Seguridad, «el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular». Frente a la ofensiva contra el español, que «el castellano es la lengua oficial del Estado» y que «todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla»… Y, en definitiva, que «España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político».

Aval de los votantes del PSOE

Pedro Sánchez nunca ha ocultado su ambición por llevar a cabo una reforma de la Constitución. Un encargo que recientemente ha derivado a su actual hombre fuerte, Félix Bolaños, designado el pasado octubre como secretario para la reforma Constitucional en la nueva ejecutiva socialista. Para Sánchez sigue plenamente vigente la Declaración de Granada, la hoja de ruta del PSOE para una reforma federal que supondría una radical transformación del modelo autonómico. Una senda peligrosa teniendo en cuenta las pretensiones de sus socios separatistas y proetarras y el sistemático chantaje al que tienen sometido al Ejecutivo en connivencia con Podemos. Para el partido morado tumbar la Carta Magna, que en su día calificó de «candado», es uno de sus grandes anhelos políticos, una vía para satisfacer sus ambiciones de llegar a la república.

Ello no quita para que, hoy por hoy, cualquier intento de reforma esté destinado a fracasar dado el juego de mayorías parlamentarias. El Partido Popular y Vox ya han avanzado su rechazo a una modificación impulsada por el Gobierno que, según Pablo Casado, sólo tendría el objetivo de «dar encaje a sus socios independentistas» y, según los de Abascal, «destruir España».

El texto constitucional es respaldado mayoritariamente por los votantes de estos partidos -un 84,5% del PP, un 86,6% de Ciudadanos y un 88,3% de Vox- pero revela datos especialmente significativos, como que apenas un 28% de los electores del PSOE votarían ‘no’ si ahora se sometiese a consulta. Por el contrario, el 58,2% de votantes socialistas lo avalan tal y como está, lo que lanza un mensaje rotundo a Sánchez por parte de su propio electorado. En Podemos, un 78,1% sí votaría en contra.

Pese a ese clamor, el Gobierno seguirá adelante con su hoja de ruta. En sus planes más inmediatos está una nueva convocatoria de la mesa de negociación con la Generalitat, la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana -que ha suscitado el rechazo unánime de la Policía y la Guardia Civil por dejarles desprotegidos frente a los violentos- o el desarrollo de la llamada «memoria democrática», que fulmina el espíritu de la Transición. Y todo, mientras rechaza avanzar en la independencia del Poder Judicial, proteger a quienes quieren estudiar en español en Cataluña o defender la dignidad de las víctimas de ETA frente a sus verdugos.

Este lunes, los partidos que garantizan la supervivencia de Sánchez en La Moncloa volverán a manifestar su rechazo a la Carta Magna ausentándose del homenaje que, como cada año, se celebra en el Congreso. Un plantón previsible pero que tiene un especial simbolismo: hace apenas dos semanas, esos partidos daban su voto a los Presupuestos que permiten al socialista agotar la legislatura.