Sánchez promete más impuestos, más gasto, minirreforma laboral pero ni habla de las diputaciones
El primer round del debate de investidura de Pedro Sánchez dejó un poso amargo en la mayoría de fuerzas presentes en el Congreso de los Diputados. El líder socialista ha reconocido que no derogará la reforma laboral, algo que habían aireado dirigentes socialistas y el propio Sánchez en las últimas semanas y omitió cualquier referencia a la supresión de las Diputaciones, punto pactado con Ciudadanos. No ha cejado en su empeño de sumar a Podemos, descontento por el tono y las propuestas del líder del PSOE todavía muy alejadas del ideario podemita, y ha tratado de aislar a Mariano Rajoy atacando una y otra vez la alternativa popular como la peor posible.
Pedro Sánchez ha comenzado su discurso de investidura abogando por un cambio asegurando que los españoles «esperan de nosotros que seamos capaces de investir un nuevo presidente del Gobierno que reactive un período de cambio de la vida política basado en el entendimiento entre diferentes partidos y distintas ideologías».
Sánchez ha apelado a la responsabilidad para no salir de la Cámara sin un acuerdo porque lo contrario, aseguró: » Significará que hemos hecho mal nuestro trabajo. Que no habremos cumplido con lo que los ciudadanos nos han pedido. Que no habremos sido capaces de ser la solución».
El secretario general del PSOE quiso destacar que: «Es la primera vez que el segundo partido en votos y escaños ha tenido que asumir la responsabilidad de proponer un Gobierno al Congreso de los Diputados. Una tarea por la que el Grupo Socialista, y yo personalmente como candidato a la Presidencia del Gobierno, nos sentimos responsabilizados, agradecidos y honrados».
Sánchez vs Rajoy
Nada más comenzar, el líder socialista ya mandó un dardo a Mariano Rajoy asegurando que «ocurre así porque la primera fuerza política declinó la responsabilidad que el Jefe del Estado le había encomendado. Consideró de antemano que no iba a ser capaz de conseguir reunir los votos suficientes» y añadió que: «No entendí el encargo del Rey Felipe VI como una invitación que pudiera rehuir, sino como un deber ineludible».
Sánchez subrayó que «los españoles no se merecen que esta Cámara caiga en el error de creer que sólo el que obtiene el mayor número de votos está legitimado por los ciudadanos para asumir la responsabilidad de gobernar España» y sentenció: » La minoría mayor no es una mayoría».
El candidato a la Presidencia ha vuelto a arremeter contra Rajoy el Partido Popular asegurando que sólo hay dos alternativas: «O no hacer nada y dejar al Sr. Rajoy y su Gobierno en funciones durante los próximos meses o apostar por un cambio nacido del diálogo y del acuerdo. Sólo hay dos opciones. A esta Cámara le toca decidir qué postura tomar. Nos quedamos parados o nos ponemos en marcha». Estas palabras provocaron un sonado abucheo de los populares que intentaron contrarrestar los socialistas desde su bancada, mientras que el presidente en funciones, Mariano Rajoy, se mantenía inmóvil sin mirar apenas a la tribuna.
Sánchez a Iglesias: «Se ha creado una falsa esperanza al respecto de crear un Gobierno de izquierdas».
Sánchez también se ha dirigido de un modo más directo al partido de Pablo Iglesias, al que ha recordado que ni con su apoyo da la suma suficiente para lograr la investidura, una manera de dejar claro que el pacto debe pasar por mantener en la mesa a Ciudadanos, algo a lo que las distintas fuerzas de izquierda se han negado por el momento.
Para Sánchez, «es evidente que se ha creado una falsa esperanza al respecto de crear un Gobierno de izquierda». Y en ese momento ha bajado el discurso al tono coloquial, revelando una confesión que algunos se creen menos que otros: «Vamos a hablar claro. A muchos votantes socialistas, nada les gustaría más que un Gobierno que aglutinara a las principales fuerzas de izquierda. Y, dicho con todo respeto, creo que a una buena parte de los votantes de Podemos les ocurre lo mismo».
En ese momento, el cabeza de lista del PSOE ha puesto el peso en el interés de Podemos «por los cargos» y sus confluencias por obtener cargos dentro de un hipotético acuerdo de Gobierno: «Podemos discutir sobre sillas, cargos y reparto de poderes para cada uno. Pero es absurdo llegar allí. Que todos los votantes de izquierdas de este país lo sepan. No hay mayoría suficiente en este Parlamento para sumar un Gobierno de izquierdas. No suma. La izquierda no ha conseguido en estas elecciones el número de diputados suficiente para conformar un Gobierno de un único color político».
Encarecimiento del empleo y más impuestos
En materia económica Sánchez ha prometido un mayor gasto que será pagado con un importante aumento de la presión fiscal. En concreto tan sólo ha prometido nuevos impuestos medioambientales y ampliar las bases, lo que significa que más personas y actividades pagarán los gravámenes. Ha ocultado diversas subidas impositivas contempladas en su acuerdo con Ciudadanos.
La derogación de la reforma laboral se limita a ciertos retoques, como aumentar el poder de los sindicatos o incluso la creación de un contrato “estable de duración determinada”, que es una contradicción puesto que si es estable su duración no puede estar prefijada.
Además, su discurso adelanta un encarecimiento del empleo al aumentar las cotizaciones sociales que pagan las empresas, por lo que estas últimas serán más reacias a contratar nuevos trabajadores.
Ni una palabra de la supresión de las diputaciones acordada con Ciudadanos
Los periodistas contaban con una copia por escrito del discurso de Sánchez, lo que ha permitido que todos los cronistas se percataran de un ‘olvido’ que más ha parecido un guiño interno a los barones socialistas. El líder del PSOE se ha saltado en su discurso durante el debate de investidura este martes la parte en la que indicaba que procedería a la creación de consejos provinciales de alcaldes, en sustitución de las diputaciones. Concretamente, el texto repartido a la prensa rezaba lo siguiente: “Aprobaremos una nueva Ley de Financiación Local y procederemos a la creación de Consejos provinciales de alcaldes, en sustitución de las viejas Diputaciones. Es una medida acorde con nuestra realidad institucional actual y una forma más eficiente de abordar la atención con los pequeños municipios, para que ningún ciudadano vea mermada su acceso a los servicios esenciales”, decía el discurso.Sin embargo, Sánchez ha decidido saltarse esta parte, pactada con Ciudadanos y, además, requisito irrenunciable de Albert Rivera para firmar el acuerdo. Las dos formaciones pactaron suprimir las diputaciones y cambiarlas por consejos de alcaldes. Algo que provocó que algunos barones y sectores críticos del partido levantaron la voz contrarios a este punto del acuerdo.
Sánchez reconoce que no derogará la reforma laboral
Sánchez desarrolló prácticamente todos los puntos que recoge el acuerdo firmado con Ciudadanos. Reconoció, por primera vez, que tan sólo derogará cuatro puntos de la reforma laboral del PP y no de manera íntegra tal y como ha venido asegurando los últimos días.
Apartado especial el dedicado a la corrupción, asegurando que no se sumaría al: «Y tú más». A diferencia de otros debates, Sánchez ha hecho mucho más hincapié en las medidas en clave social como guiño para los que aseguró quería como socios, estos son, los partidos de izquierda, es decir, Podemos y sus confluencias.