Sanidad mantiene en plena crisis pandémica que la mascarilla debe ser la última medida de protección
El Ministerio de Sanidad no ha actualizado sus recomendaciones sobre el uso de las mascarillas, pese a la evidente gravedad de la crisis sanitaria. El Ministerio no revisa su protocolo desde el mes de junio, cuando la incidencia acumulada era de apenas 10,66 casos por cada 100.000 habitantes. Hoy, aunque en retroceso, aún se eleva por encima de los 500. En estas recomendaciones se establece lo siguiente: «El riesgo de contagio por el SARS-CoV-2 se debe minimizar mediante el uso de ciertas medidas de protección que, por orden de prioridad, son: mantener la distancia interpersonal de, al menos, 2 metros, reforzar la higiene de manos y respiratoria, limpieza y desinfección de espacios y superficies y, por último, uso de equipamiento de protección. La protección adecuada frente al contagio se consigue a través de una combinación de estas medidas de protección».
El documento ‘Recomendaciones sobre el uso de mascarillas en la comunidad en el contexto del Covid-19’ no menciona en ningún momento las mascarillas de tipo FFP2, que ofrecen una mayor protección contra el virus. La recomendación extendida es que la población general use las higiénicas. Incluso acepta el uso de mascarillas de tipo quirúrgico, también menos seguras, «al acceder a un centro sanitario». Distintos países europeos, como Alemania o Francia, ya imponen el uso obligatorio de la FFP2 en determinados contextos, como transporte público o comercios. En España, el debate también se ha planteado. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, reclamó a Pedro Sánchez que siguiese el mismo camino y un grupo de expertos, autores del documento ‘Una estrategia integral 2’, también lo piden. Sostienen que debe ser una «recomendación fuerte», valorando incluso su «obligatoriedad», llevar mascarillas FFP2 «en transporte público, donde no se pueda mantener distancia de seguridad y permanezcamos más de 15 minutos». Para ello, señalan, «debería facilitarse una mascarilla FFP2 semanal a todos los habitantes» de las regiones con una alta incidencia.
«Medida complementaria»
Sanidad, mientras, insiste en los documentos que pone a disposición de los ciudadanos con sus recomendaciones para protegerse frente a la enfermedad que «el uso de mascarillas en la comunidad debe considerarse sólo como una medida complementaria».
«En los individuos infectados por SARS-CoV-2 y en sus contactos estrechos, el uso de mascarilla quirúrgica es prioritario frente a otros tipos de mascarillas. La mascarilla higiénica es la opción recomendable para el uso por parte de la población general sana por su buena capacidad de filtración, comodidad y por su posibilidad de reutilización», defiende el Ministerio.
El Gobierno nunca ha ocultado sus reticencias sobre el uso de las mascarillas FFP2, las más seguras -especialmente en entornos cerrados, donde se puede producir transmisión por aerosoles- y también las más caras, ya que el Ejecutivo se niega a bajarles el IVA, en el 21%.
La semana pasada, Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), reiteró que el tipo de uso habitual sería el higiénico pese a admitir que «tienen un filtrado ligeramente inferior a las quirúrgicas y a las FFP2». Según Simón, éstas «son suficientes en el ámbito en el que estamos, si todos las utilizamos cuando debemos utilizarlas», mientras que las FFP2 sólo deberían utilizarse en situaciones «de más riesgo».
En los últimos tiempos, pese a las recomendaciones desde el Ministerio, se ha visto cómo varios miembros del Gobierno, como el propio presidente Pedro Sánchez, recurren con más frecuencia a las FFP2.
Cabe recordar que Simón llegó a calificar a estas mascarillas de «egoístas» porque, consideró, están pensadas para que la persona que las lleva no se infecte. Para Simón, las quirúrgicas serían, por el contrario, las «altruistas».
«Yo utilizo habitualmente mascarillas higiénicas. Creo que es suficiente en el ámbito en el que estamos si todos las utilizamos cuando debemos utilizarlas. Si nadie utiliza mascarilla, los más vulnerables tendrán que utilizar la mejor, eso está claro», destaca el jefe de las alertas.
Los consejos de Simón no los comparte la Comunidad de Madrid, que ha distribuido gratuitamente mascarillas FFP2 a su población. Recientemente, la presidenta regional Isabel Díaz Ayuso anunció el reparto en las farmacias de dos mascarillas de este tipo para todos los mayores de 65 años, ante el incremento de casos por la nueva cepa británica. El pasado mes de mayo, el Gobierno madrileño ya llevó a cabo una iniciativa similar, aunque entonces para todos los ciudadanos.