Sánchez retrasa su viaje a Rabat a mayo para calmar a sus socios tras la traición con el Sáhara
Creen que de esta forma, su viaje a Marruecos, no será tan analizado con lupa por parte de sus socios críticos
El viaje de Pedro Sánchez a Rabat para escenificar el inicio de la nueva etapa de relaciones no se producirá antes del mes de mayo. El presidente del Gobierno, según ha podido saber OKDIARIO de fuentes monclovitas, retrasará su encuentro con Mohamed VI para calmar los ánimos de sus socios por el giro histórico en relación al Sáhara Occidental.
Nada más conocerse la carta remitida a Rabat, Moncloa anunció que Pedro Sánchez viajaría a Rabat para reunirse con el rey marroquí. Entonces, los asesores presidenciales no eran conscientes del revuelo que la decisión iba a tomar. Y que sus socios harían de este giro su principal arma contra el PSOE.
Ante esta nueva situación, y con el fin de rebajar las críticas de Podemos, ERC y EH Bildu, el presidente aplazará unas semanas su viaje al país vecino. De esta forma, confían en su equipo, cuando se produzca el encuentro en Rabat la presión mediática sobre el asunto «habrá disminuido». Y Sánchez no tendrá tantos focos encima como si viajase ahora.
Quien sí viajará a Marruecos, y además esta misma semana, será el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. El jefe de la diplomacia española hará de avanzadilla del presidente. Durante su estancia en Rabat, Albares abonará el terreno para que la visita de Sánchez transcurra como la seda. Para que ningún imprevisto añada más carbón al fuego.
Segundo viaje
El de mayo será el segundo viaje de Sánchez a Rabat. Desde que accedió a la Presidencia del Gobierno sólo ha viajado una vez a la capital de Marruecos. Fue en noviembre de 2018, acompañado del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. De hecho, el líder del PSOE rompió con una tradición no escrita de que nada más tomar posesión del cargo el primer viaje es a ese país. Él eligió Francia.
Son muchas las razones que han tensado las relaciones todo este tiempo. Los equilibrios, ahora rotos, en relación al Sáhara para no molestar entonces a Podemos. La entrada de forma ilegal del líder polisario Brahim Gali a España y la permisividad de las autoridades marroquíes en lo que a la entrada de inmigrantes irregulares hace por las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla, además de los que llegan por barco a Canarias. Todo eso ha hecho que Sánchez no tuviera un contacto muy fluido con Rabat.
Ganar tiempo
Varias fuentes cercanas a Sánchez consultadas por este periódico señalan que con el reconocimiento a la posición de Marruecos sobre el Sáhara lo que hace el presidente es «ganar tiempo». Mohamed VI no ha ofrecido ninguna contrapartida a España, a menos que el presidente la haga pública el miércoles en su comparecencia en el Congreso. Ceuta y Melilla, sobre todo, esperan garantías del respeto a sus fronteras. Un precio diplomático demasiado alto para nuestro país, solo para normalizar las relaciones.