Crisis PSOE-Podemos

El giro de Sánchez con el Sáhara para contentar a Marruecos abre otra grieta en la coalición con Podemos

Yolanda Díaz
Pedro Sánchez junto a Yolanda Díaz. (Foto: EP)
Pelayo Barro

Nueva crisis interna dentro del Gobierno de coalición entre el PSOE y Podemos que les acerca más a un escenario de ruptura. Esta vez, por la decisión del presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, de respaldar el plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sáhara Occidental. Ese apoyo a las tesis de Rabat choca frontalmente con las posiciones de Podemos, que apoya abiertamente al Frente Polisario. La vicepresidenta Yolanda Díaz y la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, ya han mostrado su malestar con la decisión de Sánchez.

La carta enviada por Sánchez al rey de Marruecos, Mohamed VI, en la que reconoce que la solución marroquí al conflicto que viene arrastrando el Sáhara desde 1976 es la más adecuada. España cambia su posición histórica al respecto, que pasaba por un referéndum patrocinado por la ONU, y empieza a considerar «la iniciativa de autonomía marroquí, presentada en 2007, como la base más seria, realista y creíble para resolver el diferendo».

«Nuestro objetivo es construir una nueva relación, basada en la transparencia y la comunicación permanente, el respeto mutuo y los acuerdos firmados por ambas partes y absteniéndose de cualquier acción unilateral, estando a la altura de la importancia de todo lo que compartimos», asegura la carta filtrada por el Ministerio de Exteriores marroquí.

El escrito supone, de facto, un nuevo enfrentamiento interno entre los socios de la colación PSOE-Podemos. La vicepresidenta Segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha respondido al anuncio advirtiendo que reafirma su «compromiso con la defensa del pueblo saharaui y con las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas». «Toda solución al conflicto debe pasar por el diálogo y el respeto a la voluntad democrática del pueblo saharaui. Seguiré trabajando en eso», ha asegurado.

También la líder del ala morada en el Consejo de Ministros, Ione Belarra, ha reaccionado de forma crítica a este anuncio: «El conflicto del Sáhara Occidental exige una solución política justa, duradera y aceptable para todas las partes de acuerdo con las Resoluciones del Consejo de Seguridad que prevea la libre determinación del pueblo saharaui. España no debe apartarse del derecho internacional».

Comunicado del Gobierno

Moncloa, una hora después de que se conociese la carta tras la filtración marroquí, ha respondido asegurando que, con este acuerdo, España y Marruecos inician «una nueva etapa de relación» que estará «basada en el respeto mutuo, el cumplimiento de los acuerdos, la ausencia de acciones unilaterales y la transparencia y comunicación permanente».

«Todo ello», dice el Gobierno, «para garantizar la estabilidad, la soberanía, la integridad territorial y la prosperidad de nuestros dos países».

Sin embargo, pese a la mención del comunicado de Moncloa a la «integridad territorial» (que de facto hace mención a Ceuta y Melilla), esa expresión no figura como tal en la carta enviada por Sánchez a Mohamed VI. Rabat sólo valora «positivamente las posiciones y los compromisos constructivos de España sobre la cuestión del Sáhara marroquí». Ninguna mención a Ceuta o Melilla.

 

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