PSOE

Sánchez presionó a Calvo para que votase a favor de la Ley Trans a cambio de frenar su expulsión

Calvo Ley Trans
Carmen Calvo y Pedro Sánchez.
Joan Guirado

El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidió a su ex vicepresidenta primera Carmen Calvo que no se abstuviera en la votación de la Ley Trans, tras haber avanzado OKDIARIO sus intenciones. El líder del PSOE quería evitar así lo que acabó ocurriendo, la ruptura de la disciplina de voto por parte de una de sus parlamentarias en un asunto que ha abierto en canal al partido. Entre los argumentos que le expuso Sánchez a Calvo, a modo de presión, estaba el expediente de expulsión que la presidenta de la comisión de Igualdad del Congreso tiene abierto en Ferraz. El presidente tanteó a la diputada cordobesa con paralizar dicho expediente si seguía las directrices de su grupo parlamentario.

Calvo, que siempre se ha manifestado muy crítica con la Ley Trans que ha impulsado el ministerio de Igualdad de Irene Montero, no acabó cediendo a los chantajes del jefe del Ejecutivo. Y este jueves, durante la votación que se celebró en el Congreso de los Diputados, se desmarcó de la posición oficial de los socialistas y se abstuvo. El resto de compañeros votaron a favor de la norma de Montero. La dirección del grupo que lidera Patxi López ya le ha abierto un nuevo expediente que, según fuentes del PSOE, “lo más seguro es que acabe en una sanción de 600 euros”.

En paralelo a ese expediente, la dirección federal, tiene sobre la mesa un informe de la Comisión de Garantías del partido que con los estatutos en la mano señala que Carmen Calvo debería ser suspendida de militancia. Como hace unos días le ocurrió al ex presidente de la Comunidad de Madrid Joaquin Leguina, tras un año y medio de debate interno por haber apoyado a la actual presidenta regional Isabel Díaz Ayuso. A Calvo la denunciaron desde el lobby LGTBi del PSOE, en un cruce de denuncias entre estos y las feministas clásicas, acusando a la exministra de Igualdad de criticar públicamente las leyes impulsadas por el Gobierno. Algo que el reglamento del partido impide a aquellos que ostentan un cargo público.

Presiones

Además de las presiones de Sánchez a Calvo, Ferraz y la dirección del grupo parlamentario también llamaron a otras diputadas en la órbita del feminismo tradicional y que se planteaban seguir los pasos de la ex  vicepresidenta. En este caso «las advertencias y recomendaciones» que les hicieron a estos parlamentarios sí surgieron efecto. Y Carmen Calvo se quedó sola no votando a favor de la ley.

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